Un total de 99 farmacias aragonesas dispensan ya medicamentos a través del denominado sistema personalizado de dosificación, incluidos en un envase de tipo blíster, según la prescripción del médico, donde se colocan todos los fármacos en los diferentes compartimentos, y el paciente solo extrae los que tiene que tomar en un momento determinado.

La gran mayoría de las boticas adheridas a este modelo se encuentran en la provincia de Zaragoza (70), mientras que en la de Huesca está disponible en otras 22 y en 7 de Teruel, según los datos de los Colegios de Farmacéuticos.

El servicio, puesto en marcha en mayo del 2015, pretende hacer frente a los errores a la hora de tomar la medicación, que son la primera causa de fracaso terapéutico. «Esto quiere decir que muchas veces detrás de un paciente en el que no se aprecia mejoría, lo que sucede es que no cumple con lo que se le ha recetado. Sobre todo si hablamos de pacientes crónicos, polimedicados y mayores», indican desde el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza. Se calcula que alrededor de la mitad de los ingresos hospitalarios de la población de más edad se debe a problemas con la medicación, porque dejan de tomarla, porque toman de más, porque interaccionan unos fármacos con otros.

MENOS ERRORES // Por eso, la reducción de errores en la toma de medicación es el principal objetivo de los Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD), destinados a contribuir a mejorar la adherencia al tratamiento de los pacientes, es decir, garantizar que el paciente tome el tratamiento pautado por el médico de forma adecuada.

Previo consentimiento del paciente o de un familiar, el proceso se inicia con una entrevista en profundidad entre el farmacéutico y el usuario para conocer detalladamente el tratamiento que sigue. Posteriormente se procede a introducir los datos en un programa informático que permitirá la revisión del tratamiento para detectar cualquier interacción, contraindicación u otra incidencia. Este servicio incluye una estrecha relación entre el farmacéutico y el médico de cabecera, no solo para ratificar todos los datos aportados por el usuario, sino también para facilitar la comunicación en el caso de incidencias y cambios de terapéutica

El usuario, una vez adquiridos los medicamentos, los entrega al farmacéutico para que los coloque ordenadamente en un blíster cerrado herméticamente. De esta manera se colocan todos los medicamentos en los diferentes compartimentos, y el paciente solo extrae los que tiene que tomar en un momento dado.

Polimedicados / La dosis de la medicación está claramente diferenciada por días de la semana y por horarios. Además, en la parte delantera del SPD hay una etiqueta donde se hacen constar también los nombres de los fármacos no sólidos -jarabes, inyectables, pomadas- que tiene que tomar el usuario y que no pueden ser incluidos en el blíster por requerir diferentes condiciones de mantenimiento, y cómo tienen que hacerlo. En una etiqueta situada en el reverso se describen los medicamentos incluidos en el blíster, la posología, el número de lote y las características físicas de los mismos, para facilitar, en el caso de que sea necesario, su identificación.

El sistema está dirigido especialmente a personas polimedicadas, a aquellas con problemas para identificar y manipular los medicamentos, mayores con dificultades para cumplir con el tratamiento o a cualquier paciente que lo requiera.

Entre sus ventajas figura un control exhaustivo de la medicación que se toma, evitar problemas de manipulación y conservación, prevenir los problemas de intoxicación involuntaria o reducción del stock de medicamentos almacenados en casa.