El colectivo de cerrajeros lleva tiempo reclamando a la Administración que ponga coto a la venta incontrolada de ganzúas y herramientas para abrir puertas que se produce por internet, ajena al mercado convencional pero al parecer tampoco estrictamente ilegal. Una petición que reiteraron esta semana al hilo del desmantelamiento de una banda de ladrones de pisos que se preparaba para una activa campaña de robos en verano.

En realidad, la banda en cuestión, liderada por un georgiano e integrada por dos rusos que se hacían pasar por estudiantes israelís, no se benefició que se sepa de esta venta por la red, ya que de hecho destacaba por su habilidad para fabricar sus propias ganzúas, incluso con varillas de paraguas, adecuándolas a cada tipo de cerradura. Pero en cualquier caso, la asociación Uces (Unión de cerrajeros de seguridad) entiende que con la venta o formación ofrecida por internet facilita la proliferación de robos incluso por parte de ladrones no profesionales.

Así lo explicaba el vicepresidente de la asociación, José Luis García de Vicuña, asentado en Aragón. Su grupo, por ejemplo, se dedica a la venta de material de cerrajería, pero obviamente el circuito legal no tiene nada que ver con lo que sucede en internet.

«Cuando alguien hace un pedido, se le requiere el DNI y el certificado de la empresa, con la advertencia de que los datos se envían a la Policía Nacional», con la que mantienen una estrecha colaboración, explica. De hecho, en alguna ocasión esta cooperación ha permitido detener a alguien que quería adquirir material con fines ilícitos.

CONTROL

García de Vicuña explica que el sector, el legal, está sometido a un férreo control. Hay una leyenda urbana que sigue bastante extendida según la cual muchos cerrajeros son en realidad antiguos ladrones de pisos que se han reconvertido en empresarios legales. Pero precisamente la primera exigencia que se hace para entrar a formar parte de la asociación Uces es el certificado de penales. Es decir, de ausencia de antecedentes.

No es el único requisito, explica el empresario, ya que se han de acreditar no solo los datos de la empresa sino la suscripción de un seguro de responsabilidad civil, entre otras cosas. Las empresas asociadas cuentan con la acreditación de Uces, visadas por el Ministerio del Interior, y de hecho la asociación vela porque nadie se aproveche de su buen nombre. En la página web hay una herramienta para comprobar si algún cerrajero de la zona del usuario se hace pasar por asociado. En Aragón no hay ninguno de estos impostores actualmente.

Todos estos requisitos que se dan en el circuito legal brillan por su ausencia en internet, y Uces reclama a la Administración que haga algo al respecto, ya no solo por competencia desleal sino por seguridad ciudadana. El colectivo no es el único en destacar el descontrol del mercado de internet. Por ejemplo, los armeros destacaban, ante la prohibición de la venta de armas de fogueo salvo para fines muy concretos, que en internet se vendían (y se venden) con facilidad.