El estado de alamar decretado el 14 de marzo por el Gobierno central y, por ende, la pandemia del coronavirus hicieron mella en la economía nacional y autonómica, y, por supuesto, en los comercios locales de las ciudades. El pequeño comercio fue durante esos meses, y lo sigue siendo a día de hoy, uno de los grandes damnificados. El pago del alquiler de los locales, según la zona en la que se encuentre, puede ser muy elevado e inalcanzable para muchos otros. No obstante, los propietarios de esos establecimientos asumieron la situación que se estaba viviendo y decidieron revisar los contratos de arrendamientos firmados con los propietarios.

No todos lo lograron pero el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos), José Antonio Pueyo, asegura que se han aplicado «descuentos de un 50% de promedio por la situación», un parón que provocó que «los negocios fueran todos menos rentables» y eso obligara a «una renegociación de los precios del alquiler con los propietarios», señaló Pueyo.

«Disyuntiva»

«Por otra parte, hay tal oferta de locales disponibles que la negociación plantea la disyuntiva de conseguir una rebaja en el precio o cambiarse de local a pesar del coste en el cambio que ello supone», planteó el presidente de Ecos Zaragoza, ante la situación dudosa que pueden provocar las subidas de precio que obliguen a buscar nuevos resguardos.

Es por esta razón, que durante la pandemia muchos de los propietarios decidieran proponer soluciones a sus inquilinos ante una causa que fue «de fuerza mayor», manifestó Pueyo. «Nos consta que se han renegociado contratos de alquiler durante el cierre obligado por el Gobierno y, en algunos contratos, existía la cláusula de no aplicar la renta por causas de fuerza mayor», subrayó.

Incluso algunos de ellos «automáticamente aplicaron el no devengo de renta por alquiler», por lo que el coste del alquiler desapareció por completo, lo que supuso un gran alivio para mucho de los propietarios de los pequeños comercios de Zaragoza y provincia. Pueyo también recordó la importante cifra de establecimientos comerciales de alquiler en la capital aragonesa: «El 70% de los locales de proximidad están en régimen de alquiler» en los barrios.

Mismo precio

Sin embargo, otros comercios no tuvieron que renegociar con los propietarios y mantuvieron el mismo precio del alquiler: «Hay locales que quizá no han tenido que renegociar por que las ventas no se han visto reducidas: alimentación por ejemplo, pero en general quiero decir que los propietarios han sido flexibles», aseguró José Antonio Pueyo.

Asimismo, los grandes comercios también tuvieron dificultades a la hora de reducir el precio del alquiler, entre otras cosas, por las dificultades añadidas que impusieron los bancos: «En los grandes fondos de inversión tenedores de la propiedad de las grandes superficies nos consta que ha sido más difícil renegociar el ajuste de precios, ya que sus contratos con los avales bancarios correspondientes han hecho fuertes a estos fondos propietarios de los locales comerciales», añadió. Y, por otro lado, quiso destacar que era «preciso darle alguna utilidad adicional a estos locales que quizá no se la propiamente comercial tipo de garajes, trasteros, loft u otros usos diferentes».

La misma visión sobre los propietarios la compartió una de las dueñas de Sisinia Novias de la calle Don Jaime I: «Los propietarios se están portando bien, al menos aquí en nuestra zona. Han visto cómo estaba la situación e incluso han hecho rebajas de los precios del alquiler», señaló. Al mismo tiempo, señaló la dificultad de encontrar nuevos inquilinos en caso de quedarse vacío: «También saben que si esos locales se quedan sin ocupar difícilmente encontrarán a alguien que lo haga nuevamente».

Más de lo mismo expuso también la dueña de la pastelería Granier, Marián Diez, en la misma calle zaragozana: «A mí en la pandemia me perdonaron el pago del alquiler. Se le queda el local parado y al final se tienen que aclimatar», destacó.

Pero también hay otros comercios que no han tenido la misma fortuna con sus propietarios, ni ahora durante la pandemia, ni durante todo el tiempo que ha estado ocupando el local, como es el caso de Soledad, dueña del comercio Regalos La Mañica: «Este local es de alquiler y no llego a cubrirlo ni muchísimo menos. Llevo aquí 32 años que ya son años y el propietario no me ha dicho nada, no me ha bajado nada y no se ha puesto en contacto conmigo», aseguró. «El problema es mío y yo me lo tengo que solucionar», dijo.