Las estaciones de servicio de la comunidad aragonesa vendieron el pasado mes de abril un 59% menos de combustible que en el mismo periodo del año pasado como consecuencia del confinamiento. Este alarmante dato muestra que el sector de la automoción se ha visto duramente afectado, hasta el punto que ven lejano el momento en que puedan recuperarse de las pérdidas.

Con todo, sectores como la venta de combustible para automoción, el transporte y los talleres mecánicos valoran la libre circulación de personas y mercancías que se reanudará a partir del día 21 de junio. Pero, al mismo tiempo han hecho balance de los más de tres meses de estado de alarma y este es muy negativo.

En el caso de los combustibles, el descenso es desigual. La gasolina de 95 octanos vendida en abril pasado fue de 2.489 toneladas, frente a las 11,9 toneladas de hace un año, con una caída del 79%. En cuanto al gasóleo de tipo A, se ha dado salida a 36.239 toneladas, bastante por debajo de las 73.535 del 2019, una bajada del 51%. Sin embargo, el gasóleo B, para maquinaria agrícola, ha subido de las 21.870 toneladas de abril del anterior ejercicio a las 26.021 de este, según datos obtenidos a través de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (AESAR).

El transporte, considerado servicio esencial, no debería haberse visto muy tocado por el parón de la actividad. Pero, en el caso de Aragón, el cierre y la reapertura de fronteras con Francia en función de las fases de desescalada, ha perjudicado gravemente las relaciones comerciales con el país vecino, especialmente en lo referente a cereales y al carburo.

«El cierre intermitente del Somport ha sido malo para nosotros», afirmó ayer José Antonio Moliner, responsable de la asociación profesional de chóferes Tradime. «Nos ha obligado a tomar rutas alternativas para ir a ciudades como Toulouse, con el consiguiente derroche de tiempo y combustible», añadió. Además, indicó, al pararse la actividad de numerosas fábricas tanto en España como en el resto de Europa, «ha sido habitual hacer viajes cargados a Alemania, por ejemplo, y volver luego desde allí vacíos».

Uno de los sectores más golpeados por esta circunstancia ha sido el del automóvil, pues se ha interrumpido o distanciado la importación de piezas para la fabricación de coches.

Muy ligado a este comercio están los talleres mecánicos, que, según denunció la asociación Atarvez, se quedaron sin actividad casi al cien por cien pese a tener rango de servicios esenciales. «En la primera fase del confinamiento solo podían circular las mercancías consideradas básicas, los cuerpos y fuerzas de seguridad y los vehículos sanitarios, de forma que nuestra clientela desapareció casi por completo», manifestó una representante de los talleres mecánicos.