Susto el que ayer se llevaron miembros de la Guardia Civil de Gallur y sus familias, después de que tuvieran que desalojar la casa cuartel de esta comarca de la Ribera Alta del Ebro por un fuerte olor a gas.

Durante una hora y media el edificio estuvo vacío, mientras se realizaban labores de inspección por parte de un técnico que se traslado al municipio para tratar de averiguar qué era lo que exactamente ocurría e intentar solucionar la incidencia. Según fuentes de la Guardia Civil, este trabajador pudo comprobar que no había escape de gas alguno y que todo se había tratado de una falsa alarma. Fue sobre las 14.30 horas cuando los guardias civiles y las familias que les acompañan en dicha casa cuartel pudieron regresar a estas instalaciones.

Por suerte, durante el tiempo que la casa cuartel de Gallur ha estado inoperativa no se ha llegado a producir ningún tipo de emergencia que haya obligado a ese destacamento a tener que activarse. Mientras los puestos del instituto armado en localidades cercanas como Mallén, Tauste o Pedrola estuvieron avisados por si hubiera sido necesaria su intervención.

La alarma por un supuesto escape de gas que resultó ser falsa no provocó inquietud entre la población, gracias «a la calma» que mostraron los propios agentes y sus familias, señalaron algunos vecinos a este diario.