La rápida y acertada decisión tomada por la Policía Local de Alcañiz evitó ayer que un corrimiento de tierras en la ladera del cerro Pui Pinos de Alcañiz se cobrara la vida de los vecinos de las viviendas sobre las que cayeron toneladas de tierra y piedras. No obstante, como consecuencia del mismo, tres viviendas fueron sepultadas y 33 vecinos desalojados. El Justicia de Aragón ya había solicitado al consistorio que se aumentara la seguridad, tras los desprendimientos ocurridos en el 2011.

El derrumbe tuvo lugar sobre las 5.00 horas, si bien tres horas antes una vecina alertó de ruidos extraños en la zona. Los afectados fueron trasladados a un hotel que facilitó el ayuntamiento, hasta que puedan regresar a sus domicilios. El alcalde de la ciudad, Juan Carlos García Suso visitó la zona y, tras atender a sus vecinos, señaló: «Ha sido una catástrofe pero afortunadamente no hay que lamentar daños personales, hay que destacar la labor de bomberos, policía y protección civil». Un equipo de geólogos ya se encuentra investigando el suceso. Hasta que no se conozcan las causas se mantendrán los desalojos y la ronda Teruel permanecerá cerrada al tráfico y al paso de viandantes. «No se ha procedido al desescombro porque hay riesgo de nuevos desprendimientos en el talud. Primero hay que asegurar la zona para que no exista nuevo riesgo», afirmó el primer edil. Ante las quejas vecinales, el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ya pidió el año pasado al ayuntamiento que aprobara una partida presupuestaria para llevar a cabo un proyecto fechado en 2015. Como consecuencia del siniestro, el consejero de Vertebración, Pepe Soro, suspendió su visita a Alcañiz.