La Policía de Zaragoza detuvo el pasado lunes a una mujer ecuatoriana de 28 años después de que apaleara a su pareja y le arrojara una botella de alcohol a la cara en el domicilio que ambos compartían en la calle Piscis, en el barrio de Valdefierro,. La víctima, de 44 años y de la misma nacionalidad que la anterior, fue trasladada al servicio de Urgencias del hospital Clínico, donde el personal sanitario comprobó que el alcohol no le había afectado a los ojos.

Según las diligencias instruidas, el incidente se produjo cuando ambos discutieron porque la víctima se niega a reconocer la paternidad de un hijo de la pareja, nacido el pasado 14 de mayo en la capital aragonesa. La mujer le sujetó por el cuello y le propinó golpes y patadas en varias partes del cuerpo mientras le insultaba, para acabar arrojándole el alcohol.

La hija mayor de la víctima, de 17 años, salió a la calle en busca de ayuda para su padre y detuvo a la dotación de un vehículo policial que patrullaba por el sector.

Además de la joven, la víctima tiene otros tres hijos, de 8, 6 y 3 años, respectivamente, con mujeres distintas. Tras formalizar la denuncia por la agresión en dependencias policiales, optó por marcharse a residir en el domicilio de unos familiares, a la espera de que hoy se celebre el juicio rápido contra su pareja, que quedó en libertad tras prestar declaración.

Según los datos del Observatorio de Violencia Doméstica, alrededor del 8% de las denuncias por agresiones de género que se presentan en España tienen como víctimas a hombres.

Según fuentes policiales, "la proporción real puede ser mayor. Las mujeres tienen miedo a denunciar ante posibles represalias, por dependencia económica y por el mantenimiento de la unidad familiar. En los hombres maltratados también hay miedo a denunciar estas agresiones por temor al ridículo social y a las burlas en el ámbito laboral, secuelas de conceptos machistas por los que el varón pierde dignidad si es dominado por la mujer".