El Cuerpo Nacional de Policía investiga la posible existencia en Zaragoza de una red mafiosa, compuesta por ciudadanos rumanos, que se dedica a extorsionar a inmigrantes de la misma nacionalidad. La liberación, en la madrugada de ayer, de un rumano de 27 años que se hallaba retenido contra su voluntad por tres personas procedentes de su mismo país ha puesto de manifiesto que podría haber grupos organizados que recurren al secuestro y al cobro de rescates para obtener ganancias ilegales.

La señal de alarma se disparó el pasado martes, cuando dos rumanos residentes en la capital aragonesa denunciaron ante la Comisaría de San José que habían recibido en su teléfono móvil varias llamadas en las que les anunciaban que había sido secuestrado su hermano, Janos V., un trabajador de la construcción que reside en Utebo. Los comunicantes exigían el pago de 2.000 euros para liberarlo, aunque en posteriores llamadas fueron rebajando las pretensiones económicas.

A primeras horas de la madrugada del miércoles, la Jefatura Superior de Zaragoza montó un dispositivo de vigilancia y espera en torno a la plaza de los Enlaces y la Vía de la Hispanidad, que fue el lugar convenido por los secuestradores para poner en libertad al secuestrado una vez cobrado el dinero solicitado para el rescate.

Al poco de producirse la liberación de Janos V., que no precisó asistencia médica, agentes del servicio nocturno detuvieron en las inmediaciones de la rotonda de los Enlaces, en torno a las 01.15 horas, a los presuntos autores del secuestro, los hermanos Andrei y Valentin C. H., de 33 y 23 años, y Mircea R., de 34, todos ellos de nacionalidad rumana.

El Grupo de Atracos de la Jefatura de Zaragoza trata ahora de averiguar si la retención del ciudadano rumano es un hecho aislado o si, por el contrario, existe un grupo organizado que extorsiona a inmigrantes del país del Este. Fuentes policiales señalaron que el secuestro podría ser consecuencia del impago de las cantidades que determinadas redes de inmigrantes exigen a las personas a las que traen a España con la promesa de facilitarles un puesto de trabajo.

Sin embargo, no se descarta que, en otros casos, la petición de rescates se base en la sospecha de que las personas extorsionadas poseen suficiente dinero para hacer frente a las cantidades exigidas.