La banda terrorista ETA no sólo ha usado la provincia de Huesca como paso de vehículos con explosivos y de comandos por su proximidad con el sur de Francia, habitual refugio de los activistas. En los últimos años ha utilizado algunas de sus poblaciones como objetivos para sembrar el terror.

El atentado más grave fue el cometido contra un coche patrulla de la Guardia Civil, en el que murieron dos de sus miembros. También ha sido objetivo de la banda, en dos ocasiones, el cuartel de la Benemérita de Ayerbe, aunque sólo se registraron daños materiales. Además de interceptar un coche cargado de explosivos en Benabarre, la casa cuartel de Canfranc ha figurado como objetivo de alguna de las múltiples campañas de ETA, así como otras instalaciones militares de Jaca.