Dos rescatados que iban en barca por un Bergantes en plena crecida

Los hechos tuvieron lugar cerca de las seis de la tarde, cuando ambos se introdujeron en el Bergantes con la embarcación a pesar de la fuerza con la que bajaba el río. El alcalde de Aguasvivas, Aitor Clemente, precisó que estas dos personas, que no eran vecinas de la localidad, quedaron agarradas a un árbol, a unos 20 metros de la orilla tras volcar la barca en la que transitaban el cauce. Así pasaron varias horas hasta que, finalmente, pudieron ser evacuados por efectivos del departamento de Bomberos de la Diputación de Teruel con base en Alcañiz, explicaron fuentes de la subdelegación del Gobierno en la provincia.

La fuerza de la corriente y la distancia hasta tierra firme provocaron que el rescate resultara muy dificultoso. En él, además de los bomberos de Alcañiz, también participaron sus homólogos de Caspe, así como miembros de Protección Civil y de los grupos Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate e Intervención en Montaña (EREIM) de la Guardia Civil.

La distancia hasta la orilla y la fuerza de la corriente no fueron las únicas dificultades a las que tuvo que hacer frente el equipo que participó en esta operación. Otro factor que complicó aún más esta peligrosa labor fue la falta de luz con la llegada de la noche, una situación que exigió que se instalara un equipo de iluminación para completar las labores de socorro.

Los especialistas que participaron en el rescate consiguieron fijar un cable para, de esa forma, que un efectivo de bomberos pudiera llegar hasta ellos, con el fin de colocar un arnés a cada uno. Finalmente, los dos fueron evacuados en buen estado pasadas las diez de la noche, después de permanecer alrededor de cuatro horas encaramados al árbol.

vuelta a la normalidad / La provincia de Teruel regresa poco a poco a la normalidad después de las fuertes precipitaciones que se registraron durante el jueves y el viernes, unas lluvias que, además del rescate de ayer en el Bergantes, provocaron el cierre de algunas carreteras del territorio y otras afecciones que van mitigándose. No obstante, la situación todavía exige algunas precauciones para evitar peligros.

Las treinta personas que quedaron aisladas el viernes en un barrio de Olba, después de que el agua cortara su único acceso, continuaban en el mismo estado al cierre de esta edición. Así, y aunque desde la subdelegación del Gobierno en Teruel observaban ayer que la situación estaba empezando a mejorar, remarcaron que todavía se mantiene la «precaución» en determinados aspectos.

Las mismas fuentes detallaron que los caudales de los ríos del territorio -como el Mijares, el Alfambra o el Matarraña, que experimentaron un fuerte ascenso durante estas jornadas- están comenzando a bajar, mientras que los embalses de la provincia (algunos alcanzaron el 90% de su capacidad) también están desalojando agua de forma «planificada y preventiva».

De esta manera, y a pesar de la perspectiva positiva, destacaron la necesidad de mantener la cautela a la hora de pasear cerca de los cauces de los ríos. Igualmente, llamaron a la precaución durante los próximos días debido a los riesgos de desprendimientos que puede haber, una vez que el terreno quede seco.

En lo que se refiere a las carreteras de la provincia, solamente la N-420, a su paso por Escucha, permanece en nivel amarillo, tras un desprendimiento de rocas que tuvo lugar en el túnel de San Just, provocado por las intensas lluvias de estos últimos días.

Sin embargo, ayer ya se abrieron las carreteras secundarias que permanecían cortadas al tráfico debido a las inundaciones. Entre ellas, se cuentan la TE-V-6012, en Riodeva, la A-2403, en Aliaga, o la A-1508, en Navarrete.