La Diputación Provincial de Huesca (DPH) ha iniciado las obras en la carretera de montaña entre la A-1605 y la localidad ribagorzana de Laspaúles, donde la institución invierte más de un millón de euros para contar con un nuevo tramo hasta la pequeña población de Espés Alto, con una decena de habitantes y que, a la vez, es alternativa a la N-260 como salida del valle. En el vecino municipio de Montanuy también se ha adjudicado, por 110.000 euros, el proyecto para abrir un vial paralelo a la N-230 hasta Bono.

En ambos casos, se da respuesta a las demandas de quienes transitan a diario por esta zona de la Ribagorza. Así lo afirmó el responsable de Infraestructuras de la DPH, Joaquín Monesma. «En la medida de nuestras posibilidades, que no son infinitas, actuamos teniendo en cuenta el servicio que dan estas carreteras locales a los pueblos y no tanto en criterios de población como se hace desde otras instancias», agregó.

Monesma centra esta actuación en «mejorar la comunicación hacia el sur de Laspaúles y otros cercanos». Beneficia a once poblaciones que en total no superan los 280 vecinos, se trata de Laspaúles, Neril, Suils, Villarué, Abella, Espés y Espés Alto, en el término municipal de Laspaúles, y Piedrafita, San Feliu de Veri, Buyelgas y La Muria, en el de Bisaurri.

Los trabajos arrancan estos días con los primeros movimientos de tierras y explanación del terreno a lo largo de los más de 5,7 kilómetros que arrancan en el puente Río Blanco y discurren en paralelo al barranco de Espés por zonas de pinar, pastos y cultivos. Para ampliar la anchura de la carretera, uno de los principales objetivos, se gana en superficie hacia la izquierda pasando de los 4 metros de la estrecha travesía a los 5 de ancho. «Teniendo en cuenta donde se ubica, también es utilizada como variante a la N-260 en este tramo que obliga a atravesar los puertos de Fadas y L’Espina, y no siempre cuenta con las mejores condiciones de seguridad sobre todo en invierno», apuntó Monesma.