Endesa ha presentando por fin una propuesta para dar una salida a 113 trabajadores de la térmica de carbón de Andorra, que el pasado martes se desconectó del sistema eléctrico nacional y en los próximos meses se iniciaría su desmantelamiento. La eléctrica ha ofrecido acogerse al plan de bajas voluntarias de la compañía a 75 personas (casi el 70% del total), lo que permite a los afectados cobrar entre el 60% y el 80% de su sueldo --en función de su edad-- hasta el retiro definitivo. Para el resto (38), plantea recolecciones en otros centros de trabajo de la empresa con la voluntad de que sea los más cerca posible del territorio.

La oferta fue comunicada este viernes al comité de empresa en la primera reunión mantenida para negociar el proceso de extinción voluntaria de contratos de trabajo como consecuencia de cese de la actividad de generación eléctrica de la central. No se tramita como un expediente de regulación de empleo (ERE) ya que la legislación actual no lo permite para grandes empresas con beneficios, como es este caso. De momento, quedan al margen de esta vía una docena de empleados de la central que pertenecen a otras divisiones de la empresa, como prevención o administración.

El presidente del comité, Hilario Monbiela, se mostró cauteloso ante la propuesta empresarial pero confió en que pronto se puede alcanzar un acuerdo razonable. «Al menos ya sabemos algo con lo que trabajar. Esperamos que en esta primera quincena de julio se pueda clarificar el futuro de todos», señaló.

CONDICIONES DEL CONVENIO COLECTIVO

Las condiciones de las bajas voluntarias están recogidas en el nuevo convenio colectivo firmado el pasado mes de enero a nivel estatal tras dos años y medio de infructuosas y conflictivas negociaciones. El acuerdo fue el resultado del laudo artbitral al que pactaron acogerse la empresa y UGT, que tuvo como mediador al exministro de Trabajo Manuel Pimentel.

El plan de ceses por edad es de carácter voluntario y puede aplicarse a los trabajadores desde los 50 años -a un mínimo de 15 para la jubilación- y con un mínimo de 25 años cotizados, aunque en el caso de Andorra solo se han ofrecido para los mayores de 58 años. Este es precisamente uno de los puntos que quiere pelear el comité para que esta barrera de edad baje «algo más».

La representación de la plantilla, formada por UGT y CCOO, también estudia plantear que se apliquen prejubilaciones a otras líneas de negocio de Endesa en Aragón -como la de distribución- para posibilitar que haya vacantes cerca de la villa minera y facilitar así la recolección del personal más joven de la térmica.

Empresa y comité volverán a verse las caras el próximo martes, un encuentro en la que la parte social planteará una contraoferta una vez analizada la situación en las secciones sindicales y con sus respectivas federaciones estatales de industria. La intención de Endesa es que el 1 de agosto se produzca ya las bajas y recolocaciones de los trabajadores.