Endesa y los sindicatos cerraron ayer en Madrid uno de los capítulos de la crisis del carbón en Aragón. La eléctrica y los representantes de los trabajadores sellaron un acuerdo que permitirá la recolocación de los 153 empleados de la central térmica de Andorra cuando esta cese su actividad, en junio del 2020.

El compromiso al que llegó Endesa con los sindicatos es que ningún trabajador se quede en la calle cuando se deje de funcionar la central. Para ello, la compañía ha ofrecido alternativas para recolocar a sus empleados, bien en las tareas de desmantelamiento de la térmica, que se prolongarán durante un periodo aproximado de entre 4 y 6 años, y que generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200.

En este sentido, se dará total prioridad a la contratación de trabajadores de las actuales empresas auxiliares (300 personas) para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta de la comarca minera. Una parte de la plantilla, todavía por determinar, también se jubilará en los próximos años.

El delegado de CCOO en la central andorrana, José Antonio Planas, señaló que las recolocaciones se realizarán lo más cerca posible a la localidad turolense. Asimismo, estos empleados tendrán preferencia para volver a Andorra cuando haya vacantes de la compañía en el muncipio.

En este sentido, Endesa ha propuesto desarrollar nuevos proyectos fotovoltaicos, que suman 1.000 megawatios (MW) de capacidad, en los términos municipales de Andorra, Alcorisa, Alcañiz, Ariño, Calanda e Híjar, con una inversión situada en el entorno de los 800 millones. Según los cálculos de la compañía, estas iniciativas podrían generar 2.000 empleos en la etapa de construcción y 60 empleos durante más de 25 años en las actividades de operación y mantenimiento de las instalaciones. Además, tiene previsto poner en marcha otros 513 MW que darán lugar a la inversión de unos 500 millones de euros.

Por lo pronto, Andorra seguirá quemando carbón hasta el año 2020, pero este año ya habrá un excedente de plantilla de 12 empleos, según apuntaron fuentes sindicales. Al año siguiente se sumarán otros 42, por lo que restarán unas 100 personas por recolocar. Eso sí, los jubilables no se moverían de la central hasta que cumplan la edad de retiro.

SATISFACCIÓN

Planas dijo estar «satisfecho» por las condiciones del acuerdo, pero incidió en que «no se trata de un buen pacto» porque implica el cierre de la planta. Además, las recolocaciones son «siempre traumáticas», recordó.

Por otro lado, el representante de CCOO en la central lamentó que la empresa haya dicho que estas reuniones no eran «el foro adecuado» para hablar del empleo de los trabajadores de las subcontratas. Por este motivo, reclamaron que se ponga en marcha otra mesa para abordar este asunto, que afecta a unos 300 empleados.