Un equipo de forenses entrará el próximo lunes en el osario del Valle de los Caídos para realizar un análisis inicial sobre las posibilidades técnicas de ejecutar las exhumaciones que desde hace más de seis años están envueltas en un complejo proceso judicial. Se buscan los restos de Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, fusilados en Calatayud por su adscripción anarquista, y de Pedro Gil Calonge y de Juan González Moreno, muertos en batalla y pertenecientes al bando nacional.

Las tareas que desempeñará el Instituto Forense Eduardo Torroja consistirán en la introducción de cámaras en los osarios correspondientes para determinar el estado de los restos. Con esta información se redactará un informe que servirá para autorizar, o no, la intervención definitiva de exhumación. «Es un precedente histórico, cargado de dignidad y trabajo, que pone fin a un proceso judicial de más de seis años, y que se cerrará con el reencuentro entre las víctimas y sus seres queridos», afirmó el abogado de los familiares, Eduardo Ranz.

El pasado mes de marzo el prior del Valle de los Caídos, Santiago Carrera, retiró el recurso contencioso-administrativo que tenía paralizadas las tareas de exhumación de la familia de los hermanos Lapeña. La nieta de uno de los fusilados, Purificación Lapeña, se mostró ayer muy «escéptica» sobre la evolución de la demanda. «Estamos ilusionados, pero después de tantos reveses con todas las administraciones no sabemos qué pasará en el futuro», indicó.

El informe forense deberá determinar en qué estado se encuentran las cajas metálicas en las que fueron trasladados los cuerpos en los años 50. Si están identificadas y en buen estado los trabajos en el osario serán mucho más factibles que si aparecen en estado de ruina. Sin embargo, el deterioro general de la capilla por culpa de la humedad hace temer lo peor a los familiares. «Si nos dicen que es imposible la recuperación tendremos que decidir otra forma de actuación», expresó.

En democracia ha habido tres entradas anteriores en las capillas del recinto de Cuelgamuros, en 1980, en 1990 y en 2010. La del lunes será la primera que se realiza tras una orden judicial para estudiar unas exhumaciones.