En el domicilio de María (supuesto nombre de la abuela del chico) cundía ayer la desolación. La localización del pequeño de 11 años por parte de la Policía fue un duro golpe para una familia que siempre se ha quejado de la "falta de sensibilidad" de la Administración española en este caso, dados los "evidentes malos tratos" a los que Pilar era sometida por su marido en Estados Unidos. "En ocho años nunca se ha preocupado (el padre) de él, nunca ha querido saber nada, lo reclama como si fuera una propiedad", repite la abuela una y otra vez a través del teléfono. "Es vergonzoso que la justicia española no se ponga de parte de mi nieto".

La madre del menor optó por no hacer declaraciones. La abuela explicó que estaban todos "muy aturdidos", porque nadie acertaba a explicarles dónde dormiría el chaval ni a qué juzgado sería conducido hoy por la mañana. "Mi hija está muy nerviosa y es mejor dejarla ahora tranquila. Está muy asustada porque no sabe qué puede pasar ahora". En ese momento --a mitad de tarde-- el menor se encontraba en la comisaría de Policía de Huesca en espera de ser trasladado a un "lugar indeterminado" tutelado por la DGA.