«No recordábamos una nevada igual». Con la primera frase de Rubén Palomar, uno de los dos guardias civiles que participaron ayer en todo tipo de auxilios, se empieza a explicar uno de los sucesos más llamativos de ayer en las carreteras aragonesas. Comenzó a las 6.55 horas con un aviso del centro de salud de Cariñena de que una mujer se habría puesto de parto en un vehículo que se encontraba bloqueado por el temporal.

«Cogió un atasco en una pequeña subida al pueblo que hay en la nacional (la N-330). Había dos camiones que no podían avanzar y todos los coches que venían por detrás no podían circular. Uno se había quedado parado y el otro, al tratar de adelantarlo, se quedó atascado también. Así que ni podían ir ni volver», cuenta el agente.

Hacia las 7 de la mañana llegaba la patrulla hasta la zona buscando el Passat negro de la mujer, «pero cuando bajábamos andando, ella subía caminando con su marido por la nieve» sorteando diferentes vehículos. «Iban al centro de salud o en búsqueda de ambulancia, guardia civil o quien fuera que pudiera ayudarles. Llevaban su mochila de bebé y todo lo demás».

Llegaban desde Cosuenda, localidad en la que residen, y solo les faltaba un kilómetro para entrar en Cariñena, «aunque a esas horas, nevando, andando entre camiones y coches, la situación era un poco de película», explica Palomar. La mujer creía estar de parto con razón debido a su avanzado estado de gestación (39 semanas y media). Además, «decía que estaba sangrando y que ya era la segunda vez que le pasaba», relata la patrulla, que no dudó: «Todo indicaba que había que correr».

Así que el marido se quedó con el coche en el atasco y ella se marchó con la Guardia Civil. La llevaron primero al centro de salud de Cariñena, donde la miraron e informaron de que era conveniente trasladarla en ambulancia. «No era posible. La que había en Cariñena no podía salir y las que tenían que venir de fuera no podían llegar». ¿Un gran inconveniente? No. «Nos preguntaron si podíamos llevarla a nosotros, que iba a ser lo más rápido. Y sin problema, claro».

A las 8.20 llegaban al Lozano Blesa de Zaragoza con la embarazada en buen estado. «En el Clínico nos quedamos con ella hasta que la ingresaron. Cuando nos íbamos se encontraba bien, aunque con el susto». Se sentía un poco sola, quiere decir el guardia civil, consciente de que llegó a pensar que iba a tener que dar a luz en el coche sin atención médica y satisfecho porque la aventura blanca terminó bien. Ayer por la tarde confirmaban fuentes sanitarias que la mujer se encontraba en perfecto estado, que no necesitaba seguimiento y que no estaba previsto que diera a luz a corto plazo.

Mientras tanto, los dos componentes de la patrulla cariñenense se preparaban para volver al trabajo por la noche después de haber estado desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde, diez intensas horas en las que pusieron cadenas, ayudaron en la autovía, empujaron para sacar coches de las cunetas e hicieron dos traslados más, repitiendo destino en uno. Hasta el Clínico de Zaragoza también desplazaron a una chica con fuerte dolor abdominal que llevaba goteros con medicación. "Me había tocado trabajar con nieve y caos general, pero nunca como esta vez, hasta el punto de tener que hacer traslados".