¿Estafador imaginativo o víctima inocente? Es lo que deberán dirimir los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza respecto a J. L. S. R., un intermediario inmobiliario para el que la Fiscalía pide dos años y medio de prisión --también para su mujer, M. L. C. S.-- por haberse apropiado de 120.000 euros de una clienta. Los abogados de ambos, José Cabrejas y Alfredo Herranz, defendieron que él mismo fue víctima de un estafa por parte de un grupo de italianos.

Según la clienta, conoció la empresa a través de un amigo, al que habían vendido un piso en buenas condiciones. Ante la ruina del negocio familiar, le urgía vender su chalet de Montecanal, y tras varias gestiones le ofrecieron un trato con unos clientes italianos, que pese a no haber visto el piso en directo le iban a pagar hasta 1.500.000 euros.

Sin embargo, para sellar el trato debía viajar a Barcelona, con el intermediario, y llevar 120.000 euros en billetes pequeños, como comisión, según le explicaron luego. A cambio le entregarían 300.000 en billetes de 500. El objetivo declarado era ahorrarse impuestos.

Quedaron en un bar, y el intermediario mantuvo varias reuniones por su cuenta con los italianos y le enseñó dos billetes reales, pero cuando fue a entregar la bolsa del dinero, volvió sin nada. Según explicó a la mujer y en el juicio de ayer, le entregaron un maletín cerrado --que no contenía billetes-- y le arrancaron por la fuerza la mochila.

El presunto timo se conoce como Rip Deal, pero los tribunales rechazaron investigar a los presuntos estafadores italianos.