Un hombre de 55 años falleció ayer en un incendio ocurrido en una vivienda del barrio Oliver de Zaragoza en el que otra persona resultó intoxicada y ha sido trasladada a la casa de un familiar. La víctima mortal, según se desprende del análisis de su móvil, debió de sentirse indispuesta y había llamado poco antes del suceso al teléfono de atención e información sobre el coronavirus. Pero solo la autopsia podría determinar este extremo.

Se da la circunstancia de que en ese mismo bloque, situado en el número 92 de la calle Antonio Leyva, falleció en otro incendio un niño de 9 años con problemas cerebrales que se encontraba solo, un hecho que se remonta al 17 de mayo del 2018. .

Según informan fuentes municipales, el incendio se produjo sobre las 21.45 horas de este lunes en la segunda planta del número 92, un edificio de Zaragoza Vivienda en el que hay viviendas tuteladas y un centro comunitario gestionado por Adunare.

Según los primeros indicios, el fuego se inició cuando el fallecido se hallaba en la cama, por lo que no se descarta que estuviera fumando y que la lumbre del pitillo prendiera en el colchón cuando se quedó dormido. Además, al examinar su teléfono móvil se ha comprobado que una de las últimas llamadas que efectuó fue a un centro de información sobre el covid-19. Su muerte pudo producirse por ello por causas naturales, con anterioridad al incendio, o por inhalación de humo, circunstancias que deberá determinar la autopsia. Otra linea de investigación recoge la posibilidad de que se produjera un cortocircuito.

El fuego afectó únicamente a la habitación donde se hallaba el fallecido, aunque provocó mucho humo que afectó a la persona que resultó intoxicada y que se hallaba en una habitación conjunta. La Policía Judicial investiga las causas del incendio. Los hechos sucedieron en el segundo piso, donde los residentes tienen pequeños pisos independientes, si bien comparten los servicios comunes ubicados en la planta calle.

En principio, según los indicios recogidos por la Policía Científica de la Policía Nacional, la víctima no presentaba signos de violencia. Por este motivo se baraja como hipótesis principal que se tratara de un incendio fortuito.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha acudido esta mañana al edificio de Zaragoza Vivienda en el que se produjo el incendio, junto con Alfonso Mendoza y Carolina Andreu, y se ha reunido con los bomberos que participaron en la extinción, con el responsable de ZGZ Vivienda, Nardo Torguet, con la directora de Adunare (que se encarga de la gestión del centro comunitario del edificio) y con trabajadoras sociales de los pisos tutelados.

Estos pisos tutelados se destinan a personas vulnerables y con escasos o ningún recurso económico al margen del salario social de integración. Los residentes disponen de habitaciones individuales y de servicios comunes.

"El incendio ha sido un hecho fortuito", ha destacado esta mañana Chus Ruiz Antorán, responsable de Adunare, que ha destacado la "entrega" de los profesionales a cargo del servicio y la "buena actitud" de los participantes en el centro comunitario existente en el bloque.

Las personas atendidas, ha señalado, son ciudadanos "con dificultades" de todo tipo, ha añadido Ruiz Antorán, que ha destacado que el incendio solo ha afectado a una vivienda y que el resto del edificio no ha sufrido daños. Cada piso consta de una habitación, un baño y un salón con cocina y se paga un módico alquiler mensual a Zaragoza Vivienda, la entidad que gestiona las viviendas.

La responsable de Adunare ha subrayado que, a raíz del coronavirus, el centro comunitario se ha adaptado a las nuevas circunstancias y sigue prestando los mismos servicios por teléfono y usando las nuevas tecnologías, como Whatsapp. Además, se sigue llevando comida a domicilio gracias a los servicios de reparto.

"Pese a los problemas, seguimos prestando una asistencia personalizada y directa a las personas que recurren a nuestros servicios", ha añadido Ruiz Antorán. En total, ha informado, el centro comunitario del barrio de Oliver presta atención a más de 300 personas.

Fotografía: Miguel Gracia