La dedicación de los fiscales Checa y Villacampa a los casos de corrupción será casi exclusiva, pero solo casi. La falta de personal en el Ministerio Público --hay una treintena en la fiscalía provincial-- obligará a ambos a mantener sus turnos de guardia y su participación en juicios de faltas. Por el momento no se prevé incorporar nuevos funcionarios. Un problema que, por otro lado, sufren también los juzgados a los que les caen este tipo de asuntos --véase La Almunia con la operación Molinos-- , y que raramente cuentan con un magistrado de refuerzo.