La localidad zaragozana de Fuentes de Ebro contará próximamente con 1.800 hectáreas de regadío que beneficiarán a 300 agricultores y cuyas obras, que ascienden a 21 millones de euros, se prevé que empiecen a finales de este año para que estén en pleno rendimiento en la campaña del 2022. Ayer se firmó el convenio entre el ayuntamiento, el Gobierno de Aragón, la Sociedad Mercantil Estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) y la Comunidad de Regantes del Monte de Fuentes de Ebro para la ejecución y financiación de estas obras de regadío social.

Según destacó la DGA, la puesta en marcha de tierras en regadío fue uno de los objetivos que se marcó el Gobierno de Javier Lambán en el 2015, un objetivo «que llevaba varios años paralizado». Como consecuencia del programa de financiación implementado por el consejero del ramo, Joaquín Olona, son ya 13.000 las hectáreas disponibles para ser puestas en regadío, con nueve proyectos, a las que se suman los trámites administrativos iniciados, y a los que la DGA ha aportado otros 55 millones de euros, para la incorporación de otras 12.000 ó 13.000, por lo que en total se superarán las 25.000 hectáreas.

El convenio, aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado mes de abril, supone la aportación de 10,5 millones de euros por parte de la DGA, con una distribución de gasto en 25 años.

Según explicó la directora general de Acuaes, Rosa Cobo, como la obra supera los 12 millones de euros, requiere la autorización del Consejo de Ministros y la sociedad ha adelantado el expedientes para conseguirla en breve. Una vez autorizada, Acuaes licitará y adjudicará los trabajos para iniciar las obras con el objetivo de hacerlo este mismo año y un plazo de ejecución de dos años con el fin de que las infraestructuras estén en funcionamiento en la campaña de riego del 2022.

La alcaldesa de Fuentes de Ebro, María Pilar Palacín, apuntó que estas 1.800 hectáreas suponen aproximadamente el 7% de la superficie de Fuentes y que su conversión en regadío «es importantísima» porque no solo afecta a los 300 agricultores involucrados «sino a toda la población». La previsión es que se puedan plantar cebollas, vides, olivos y frutales en esas tierras.