El cierre definitivo de la planta de Future Pipe en Ejea de los Caballeros está cada día más cerca. La dirección comenzó a ejecutar ayer el expediente de regulación de empleo (ERE) para toda la plantilla y 95 trabajadores abandonaron la empresa. Así, en la factoría tan solo quedará una veintena de empleados, que se encargarán de realizar las tareas de desmantelamiento de la planta hasta el próximo mes de marzo. Según indicaron ayer fuentes de la compañía, otro grupo de diez empleados abandonará la fábrica en diciembre.

La plantilla ratificó el pasado 10 de octubre el acuerdo alcanzado en el SAMA entre el comité y la dirección. Así, los 116 trabajadores de la factoría afectados por el ERE, percibirán una indemnización de 30 días por año trabajado con un máximo de 22 meses. Además, tendrán una paga líneal por empleado de 500 euros.

La salida de estos empleados no solo supone la pérdida de 116 puestos de trabajo en una comarca como las Cinco Villas, sino que también deja un vacío en el sector industrial de la zona. Future Pipe, de capital proveniente de los Emiratos Árabes Unidos, se implantó en Ejea hace seis años, en el 2013, al adquirir la firma Protesa (Protecciones Plásticas), que anteriormente estuvo en manos de Tubos Ecopol. La firma se dedicaba a la fabricación de tuberías y accesorios de resinas reforzadas con fibra de vidrio.

A pesar de suponer un mazazao para la localidad, los trabajadores afectados ven algo de luz al final del túnel porque varias empresas han manifestado su intención de realizar contratos. De hecho, Tecnyconta ya ha incorporado a algún trabajador en su planta de Tauste y la navarra Nordex ha realizado entrevistas. Esta compañía pertenece al mismo sector y su planta está a solo 75 kilómetros de Ejea.

Estos contactos se impulsaron después de que el Ayuntamiento de Ejea pusiera en marcha un plan para minimizar los efectos del cierre, un programa en el que han participado varias firmas.

Tanto los sindicatos como el comité han denunciado en los últimos días que la clausura de la planta es en realidad una «deslocalización programada».