La Real Capilla de Santa Isabel de Zaragoza albergó ayer el funeral por el expresidente del Gobierno de Aragón Gaspar Castellanos. Una ceremonia precedida por otro homenaje civil, en el que le fue impuesta a título póstumo la Medalla de Oro de Ejea de los Caballeros.

El funeral se celebró tras la conclusión del luto oficial decretardo por el Gobierno de Aragón, cuyo presidente, Javier Lambán, asistió ayer a la ceremonia. De hecho hubo una nutrida representación del Ejecutivo aragonés, con casi todos sus consejeros, así como la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, y el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, entre otras autoridades.

Castellano fue presidente de Aragón entre mayo de 1981 y noviembre de 1982 y falleció el domingo tras una larga enfermedad. Sus restos descansarán en el valle de Baztán, en Navarra, de donde era originario.

Durante su mandato se publicó el Estatuto de Autonomía de Aragón, y fue un político «clave» en la transición desde su partido, Unión de Centro Democrático (UCD). Presidió la Diputación Provincial de Zaragoza, fue consejero del ente preautonómico y presidente del mismo después, y siempre desde «el acuerdo y el diálogo», según destacaba tras su fallecimiento Lambán, con quien coincidió en el Ayuntamiento de Ejea y con el que trabó amistad. Era, añadía, «fuente de sabiduría política, de prudencia y del talante que tanto se echa en falta en este momento político en España en general».