"¡Mecagüen...! ¡Que tengo que ir al médico!". Uno de los ocupantes de un Chrysler Neón se exalta cuando dos agentes de la Policía Local de Zaragoza detienen el vehículo en la plaza Paraíso al comprobar que dos de los pasajeros no llevan puestos los cinturones de seguridad.

Entre tanto, el otro joven sancionado reconoce que no conocía la puesta en marcha de la campaña especial que se inició ayer contra este tipo de infracciones. "No tenía ni idea. Ni siquiera sabía que el cinturón de seguridad era obligatorio para quienes viajan en la parte trasera de un vehículo fabricado a partir de 1992", afirma resignado.

Luis e Ignacio, dos agentes de la Unidad de Motoristas de la Policía Local, llevan más de una hora realizando controles en pleno centro de Zaragoza. En total han multado a seis personas, ya que "resulta complicado parar un vehículo en medio de la plaza sin generar un riesgo de accidente", explica Luis.

Sin embargo, la mayoría de las personas que reciben una multa por este hecho suele reaccionar con más sumisión que el joven del Chrysler. "Casi todos reconocen su error y se excusan con frases como se me ha olvidado o me he despistado. Pero por lo general nadie protesta", indica el policía.

Curiosamente y contra la extendida creencia de que en las ciudades se tiende a no emplear el cinturón de seguridad, la gran mayoría de los conductores y ocupantes que circulan por la zona sí lo llevan puesto. "Poco a poco la gente se va concienciando, sobre todo en el caso de los sistemas para niños, y nosotros somos los primeros sorprendidos al darnos cuenta de que no es tan fácil encontrar conductas antirreglamentarias. Eso sí, también es cierto que muchas personas se ponen el cinturón justo en el momento en el que nos ven", apunta Ignacio, quien recuerda que cada año podrían evitarse unas 8.000 muertes en Europa si se cumpliera con esta sencilla norma.

Poco después de recibir la nunca agradable multa, otro conductor admite la necesidad de cambiar el hábito de conducir sin cinturón de seguridad: "En carretera siempre me lo pongo, pero en Zaragoza no. Ahora bien, la verdad es que todos deberíamos usarlo y dejarnos de chorradas".

En el dispositivo trabajan, además de los motoristas, una patrulla de la Unidad de Protección Ciudadana, una en cada distrito y otra en cada uno de los barrios rurales. Por la noche, tres patrullas se encargan de la vigilancia. Y aunque las sanciones pueden alcanzar los 91 euros, la Policía Local ha decidido dejarlas en 24. "Queremos que la sociedad entienda que el fin de estas campañas no es recaudatorio", destaca el intendente de Tráfico, Manuel Solanas.