Cuando el zaragozano Pedro Rico, de 41 años y dueño de una escuela de artes marciales en Delicias, tuvo noticia de que un terremoto había sacudidó la ciudad iraní de Bam, se trasladó mentalmente a 1988, a un restaurante de San Francisco donde trabajaba para costearse los estudios de kung-fú.

"De practicar kung-fú manejas mucho la energía y aquel día noté algo raro...", recordó Pedro. Durante 18 segundos, Pedro vio cómo el suelo se abría a sus pies y los botes de comida se reventaban. Era un terremoto de 7.1 en la escala de Ritcher, que lo dejó atrapado durante 6 horas en un sótano. "Desde entonces, procuro movilizarme para ayudar", apuntó.

En esta ocasión, Pedro contactó con Médicos del Mundo para desarrollar una maratón benéfica de tai-chi y kung-fú, de 9 a 14 horas de ayer, con un coste de la entrada de 5 euros, cuyos fondos irán destinados a los damnificados por ese desastre natural que ha causado la muerte a más de 40.000 personas. La respuesta por parte del público fue "sorprendente": 150 asistentes.

En la sala de esta escuela, sonaba música china mientras los profesores Jesús Monge, Daniel Sola y David Moreno impartían las clases. Todos los asistentes procedían a hacer movimientos lentos, en silencio, con la mirada concentrada.

Patricia Medina, de 22 años, y su compañera, Almudena Ruiz, de 32, era la primera vez que practicaban tai-chi. "Nos enteramos en los medios y hemos venido para echar una mano y probar una cosa nueva", apuntó Patricia. "Me he cansado más de lo que creía, pero a mí me van actividades con más acción", añadió Almudena.

Begoña Gracia, de 28 años, aprovechaba el acto de ayer para volver a pisar la escuela después de 3 años. "Practiqué kung-fú durante cinco años pero por el trabajo lo dejé y lo echo en falta porque me noto más estresada, así que hoy me he animado a volver aprovechando esta buena causa", señaló.

David Vicente, Pablo Pérez, ambos de 23 años, y Víctor Bagüés, de 25, también se acercaron hasta el nº 11 de la calle Bélgica. "Los tres practicamos el kung-fú desde hace unos meses y, al saber que se había organizado este maratón, nos hemos decidido a venir para practicar tai-chi por primera vez", comentó Pablo.

Hasta las 14 horas, personas de todas las edades siguieron realiando artes marciales, algunos por primera vez y otros después de algunos años. Pero los 150 contribuyen al mismo objetivo.