CARGO ACTUAL DIRECTOR GENERAL DE CARRETERAS DE LA DGA

EDAD 51 AÑOS, ZARAGOZA

FORMACION INGENIERO DE CAMINOS

AFICIONES LEER, LA MONTAÑA, LA MUSICA Y EL BRICOLAJE

--¿Cómo se detectaron las primeras grietas del puente de Quinto?

--El martes 9 de noviembre el vigilante de Carreteras vio una pequeña grieta y al día siguiente, mientras yo estaba en la inauguración del puente de Mequinenza, decidimos cortar un carril. El jueves volvió a ceder un poco más y el viernes se frenó. Tras comprobar que se trataba de un socavón a pie de terraplén, decidimos proteger la carretera consolidando el talud con varias escolleras en forma de terrazas. Durante el fin de semana la situación se mantuvo.

--¿Cuándo se comprobó la gravedad de la situación?

--El lunes nosotros acudimos a la zona y observamos que la situación empeoraba a gran velocidad. Cuando volvíamos sobre nuestros pasos las grietas ya se habían extendido. Por la tarde, tras recibir un nuevo informe, di la orden de que se cortara la carretera. Esa misma noche se produjo el hundimiento generalizado. La calzada se desniveló 70 centímetros y precisamente el deslizamiento que menos problemas había dado hundió una pilastra del paso elevado.

--Y cambio de planes.

--Rápidamente nos dimos cuenta de que ya no servía de nada la actuación programada. La situación era alarmante, todas las pilastras se desplazaron y el paso elevado se inclinó, lo que nos hizo temer por todo el puente. De modo que decidimos descargar los puntos donde se podía trabajar para que cesara el arrastre del terreno. Afortunadamente, los pilares dejaron de moverse e incluso rectificaron su posición algún centímetro, de modo que salvo las dos pilastras más afectadas se pudo salvar el resto.

--Desde que se detectaron las grietas hasta que se cortó la carretera pasó casi una semana. ¿Si se hubiera actuado antes podía haberse paliado su gravedad?

--Al principio nadie sabía que el resultado iba a ser éste, y aunque lo hubiésemos sabido, lo único que se podía hacer era cortar la carretera y esperar a que se cayera. No había posibilidad humana ni mecánica de contener eso, y menos mal que no se hizo nada más, porque si llegamos a meter una máquina según estaba el terreno, tanto la máquina como el maquinista se van al Ebro.

--¿No le parece un nudo de comunicaciones demasiado importante como para estar justo en la ladera del río?

--El terreno del valle del Ebro en general es una zona inestable a causa de su composición de yesos y arcillas, algo que se agrava en las laderas. Pero el terreno es el que es. El paso elevado, como el resto de vías, está un poco forzado, y seguro que si estuviera en el monte no se hubiera caído. Llegamos a plantearnos alejar la carretera del río, pero hay un puente que cruza el Ebro entre Quinto y Gelsa y no podemos obligar a los vecinos a dar un rodeo.

--¿Ha sufrido daños también ese puente sobre el Ebro?

--Por la comarca corrió el bulo de que se había movido el puente del Ebro, pero no es cierto. Hemos realizado marcas topográficas para comprobar si se ha producido cualquier clase de movimiento pero no se ha canteado. Sólo se han dilatado las juntas por el efecto del frío. Pero el puente está intacto.

--¿No se podían haber asfaltado los caminos para permitir el paso de camiones?

--El camino de Gelsa a Pina era una vía agrícola que se ha arreglado. Se han colocado barreras protectoras en zonas peligrosas e incluso se ha señalizado. Pero si pretendemos cambiar los pasos elevados sobre la acequias para permitir la circulación de vehículos pesados tenemos el camino cortado tres meses. En la otra vía agrícola que queda entre Gelsa y la carretera de Quinto a La Zaida hay un paso estrecho por un túnel para salvar la línea ferroviaria que no permite grandes volúmenes.