A las 8.45 horas salía de Jaca, y he comprado el forfait de Candanchú a las 12.10 horas". El testimonio de uno de los miles de aragoneses que ayer se acercaron a las pistas de esquí es esclarecedor: el Pirineo se colapsó en el primer gran puente del año. Embotellamientos y caravanas en las carreteras y cruces, falta de aparcamientos en las estaciones y largas colas en los forfaits. "En el valle de Aragón, las retenciones se originan ya en la salida de Jaca y en el valle de Tena llegan hasta Búbal", afirmó ayer el director de la estación de Panticosa, Roberto Morales. Retenciones a la ida y retenciones a la vuelta.

"Llevamos en Jaca desde el 31 de diciembre, y aún no hemos podido esquiar. Al mal tiempo de los últimos días se suma la avalancha de gente, que hoy (por ayer) nos ha obligado a dar la vuelta al coche tras recorrer los ocho kilómetros que nos separa de Castiello en una hora. Esto está excesivamente masificado", afirmaba un matrimonio que ha visto truncadas sus vacaciones blancas. Pero este lamento es compartido por la mayoría. "Qué desastre. Hoy sólo han esquiado quienes se han acercado a las pistas de noche y han esperado a que las estaciones abriesen a las 9 de la mañana. Es algo inconcebible", añadía un joven que partió ayer de Zaragoza para pasar el día.

RETENCIONES DE TRES HORAS Algunos, desesperados, se pusieron en contacto ayer con este diario para denunciar que algunas retenciones llegaron a las tres horas. Sin embargo, la Guardia Civil de Huesca tan sólo informó de retenciones en Candanchú por la mañana, y de ocho kilómetros en la N-330 a su paso por Canfranc a las 18.45 horas.

Pero lo peor fue para algunos de los que llegaron a las estaciones. Ayer se dieron colas de hasta 45 minutos para comprar el forfait, y de hasta una hora para los telesillas. Incluso en el teleférico de Panticosa hubo momentos en los que hubo que esperar una hora.

Los propios directores de las estaciones lamentaron la situación. "Cada vez hay más gente que viene a esquiar y las estaciones no tenemos la culpa de que todo se nos quede pequeño", afirmó Eduardo Roldán, responsable de Candanchú, quien echó en falta la presencia de circunvalaciones en las localidades.

"Desde hace catorce años tenemos en Astún este mismo problema. Nuestro aparcamiento tiene una capacidad para 6.000 vehículos, cuando suben hasta 40.000", señaló José Manuel Pantoja. Este director recordó el contencioso con el Gobierno de Aragón sobre la posibilidad de agrandar las pistas, ya que el nuevo plan urbanístico está bloqueado. Pantoja confirmó que sobre las 8.30 horas ya había cerca de tres horas para subir a la estación y otras dos de bajada hasta Jaca. "Así, estás todo el día en carretera", aseguró.

Ayer, y debido al fuerte viento, Cerler sólo abrió la mitad de sus pistas. Diez kilómetros esquiables en total que desanimó a muchos a subir. "La falta de preparación de los propios conductores origina muchas de las retenciones. El viernes y sábado fue necesario el uso obligatorio de cadenas, y se comprobó que muchos no saben colocarlas, a otros se les sale y a otros se les rompe", añadía un residente en Benasque.

En cuanto a Formigal, la cabina no pudo abrirse hasta las once de la mañana, debido al fuerte viento que azotaba la zona. "De 9 a 11.00 horas se llena completamente la estación con 4.000 coches, y el resto se ve obligado a buscar un aparcamiento alternativo", afirmó José María Abós, director de esta estación pirenaica. "Existe un debate sobre la posibilidad de ampliar las pistas, pero no es solución, porque pronto volverán a hacerse pequeñas para estos cuatro días de vacaciones", añadió Abós.