Los enfermos de hepatitis C en Aragón en fase 2 --una de las más tempranas-- ya están recibiendo el tratamiento preciso para su enfermedad. Se estima que en uno o dos años todos los pacientes aquejados en la comunidad por esta patología, de cualquier nivel, estarán bajo control farmacológico. Esto supondrá un hito en el proceso médico de la hepatitis C, ya que se tratarán todos las fases y no únicamente las más graves, como venía ocurriendo.

En virtud del plan estratégico nacional para abordar esta enfermedad, los nuevos antivirales ya han llegado a más de 1.000 personas en Aragón en fase 2. "Queremos lanzar un mensaje de esperanza, porque las probabilidades de cura van a ser muy superiores. Las cosas van avanzando y se están dando muchos pasos, como por ejemplo, que mujeres trasplantadas puedan tener hijos", dijo ayer Luis Miguel Barrachina, presidente de la Asociación de Trasplantados Hepáticos de Aragón, con motivo del Día Mundial de esta enfermedad.

Se calcula que en España hay entre 500.000 y 600.000 personas que son portadoras de la patología --menos del 1% de la población-- y no lo saben. "En un principio se habló del 2%, pero los últimos estudios han evidenciado que los datos no eran tales", explicó Barrachina.

Aún así, el hecho de padecer la enfermedad sin ser consciente de ello es un problema que, con el tiempo, puede suponer una grave complicación de salud. Por esto mismo, Barrachina animó a que la gente se haga las pruebas y pida información al respecto a su médico de cabecera. "Son sencillas y gratuitas. Se trata de una analítica normal, destinada a la hepatitis C, y cuyos resultados están en tres o cuatro días", explicó Barrachina.

El Departamento de Sanidad tiene puesto en marcha un programa de cribado para para detectar hepatitis C en personas nacidas entre 1945 y 1970, franja en la que, según la Administración, se ubica el mayor porcentaje de infecciones no diagnosticadas. "Es muy importante que la población nacida entre esas fechas se haga las pruebas, especialmente aquellas personas que se hicieron piercing, tatuajes y demás --focos de infección-- cuando no estaban los controles sanitarios de ahora", añadió Barrachina.