Identifican el cuerpo de Sebastián Blasco, de un represaliado por el franquismo en Andorra

El ADN de los restos de Blasco Aznar, cruzado con el de su hija Fabiola, de 85 años, ha permitido convertir su localización en un hecho científico, por lo que culmina así la complicada investigación que ha llevado a cabo su familia para poder llevar a cabo la exhumación, tal y como informó ayer la ARMH.

Su nieta, May Borraz, estuvo presente desde el inicio de los trabajos de exhumación, así como durante los tres años de investigación para localizar el lugar en el que podía estar enterrado, una zona conocida como El Corralico, junto a la tapia del cementerio de Andorra, donde señalaban los testimonios. Sebastián Blasco Aznar nació el 20 de mayo de 1895 en Andorra, donde trabajó como labrador, sastre y sereno, y según la Causa General que instruyó el franquismo, fue cercano a las organizaciones locales de izquierda.

En la versión oficial de su muerte, redactada por las autoridades franquistas, se afirma que se trató de un suicidio cuando iba a ser detenido por la Guardia Civil, pero su viuda y sus hijas siempre han sostenido que fue «brutalmente asesinado» por un grupo de vecinos a los que se sumaron dos guardias civiles.

«Mi abuela repetía como un mantra que lo habían asesinado después de la guerra una pandilla de cobardes, pero mi madre, que sólo tenía dos años cuando ocurrió, lo vivió como con vergüenza; creo que la primera generación, la de entonces, lo vivió con mucho miedo, la siguiente con vergüenza y la mía con rabia», declaró May durante los trabajos de exhumación.

La ARMH ha utilizado para la recuperación de los restos y para la identificación genética sus propios recursos ya que como colectivo pionero en las exhumaciones científicas de fosas comunes de desaparecidos del franquismo rechaza las subvenciones públicas para denunciar que es el Estado el que debe atender directamente a las familias, cuidarlas y repararlas.