La posición de fortaleza alcanzada por Marcelino Iglesias en el congreso socialista celebrado este fin de semana, en el que obtuvo el 99% de los votos como secretario general, y el poder que le concierne el saberse apoyado por la gran mayoría de los aragoneses le sitúa, en opinión de algunos agentes sociales y políticos, en una posición privilegiada para "demandar al Gobierno socialista de la nación más compromisos firmes para Aragón".

La primera reunión que el presidente aragonés mantendrá con Rodríguez Zapatero en la Moncloa el jueves es el escenario adecuado para que se produzca ese cambio. La cita demostrará si es cierta la nueva política reivindicativa de los derechos históricos de Aragón que el propio Iglesias esbozó en la clausura del XIII congreso regional.

"En este encuentro veremos si Iglesias es capaz de arrancar a Zapatero los compromisos adquiridos con Aragón o si se han quedado en nada, como por ejemplo la promesa del AVE por Teruel", afirmó el popular Antonio Suárez. Aunque Javier Allué (PAR) tampoco fue menos duro al pedirle al presidente aragonés que se muestre "especialmente reivindicativo en Madrid con la deuda histórica de Aragón", en la línea, añadió, de su discurso de clausura del congreso del PSOE, en el que Allué participó como invitado.

AUDACIA PARA REIVINDICAR Desde CHA, Chesús Yuste pidió al presidente que sea "audaz. No hay que bajar el listón reivindicativo ni siquiera en la deuda histórica existente en infraestructuras. Ya ha pasado con el AVE por Teruel, que ha sido una promesa incumplida por los socialistas. Pero el principal problema pasa por la financiación, el autogobierno y el encaje de Aragón dentro de España".

En cuanto a los retos de futuro hacia los que se debe encaminar el presidente Iglesias, desde Izquierda Unida Adolfo Barrena urge "solucionar el debate hidráulico una vez se ha derogado el trasvase. No hay que perder más tiempo con comisiones de estudio porque hay que abastecer el regadío. Hay que decidir qué es lo que se va a hacer, comunicarlo a Madrid y dotar en el 2005 una partida presupuestaria para ello"

Todos los agentes sociales, económicos y políticos preguntados incidieron ayer en señalar a las infraestructuras y el empleo como los principales objetivos para Aragón. Rafael Zapatero, secretario general de Cepyme, remarcó la "necesidad de concretar y desarrollar las infraestructuras (ferroviarias, aéreas y carreteras) y, a medio plazo, la sociedad de la información y las nuevas tecnologías para poder competir".

Desde el ámbito sindical, Julián Buey (secretario general de CCOO Aragón) y Julián Lóriz (secretario general de UGT Aragón) coincidieron en incentivar una política decidida por el empleo de calidad y de cantidad, "con una apuesta firme por la estabilidad, reduciendo la tasa de precariedad y temporalidad".

LA DEMOGRAFIA Julián Buey abogó además por "fomentar un mayor equilibrio demográfico en Aragón, instalando la actividad empresarial también en las comarcas; apostar por la vivienda en alquiler; y, dentro de la cohesión social, integrar al inmigrante y atender a los mayores dependientes".

Julián Lóriz pidió a Marcelino Iglesias "proyectos sociales y económicos más ambiciosos, para avanzar en la demografía aragonesa, con la integración de la inmigración y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo".

"El principal reto de Marcelino Iglesias es demostrar que sabe gobernar para todos los aragoneses, y eso se plasma tomando decisiones como la de enviar proyectos de Ley al Parlamento y fijando prioridades", dijo el portavoz del PP, Antonio Suárez.

"Iglesias tiene en la actualidad un Congreso muy cómodo por su mayoría, lo que provoca que la actividad parlamentaria sea muy baja", argumentó en esta línea Adolfo Barrena (IU). Sólo tres leyes de importancia se han aprobado en este último año de legislatura.

El aragonesista Javier Allué quiso dejar claro que como Gobierno de coalición con el PAR, Iglesias tiene marcados los acuerdos de futuro. No obstante, destacó como reivindicación prioritaria las obras de regulación hidráulica, las infraestructuras y un nuevo modelo de Estado en el que Aragón tenga un peso específico en el conjunto del Estado.