Por más que Pedro Santisteve utilice la palabra «unidad» en sus apariciones públicas, la izquierda no está unida ni lo va a estar en Zaragoza -a nivel nacional tampoco les va mucho mejor-. No va a ser así porque Podemos ha tomado una decisión. Y porque, por mucho que traten de aparentar una tensa calma, en el backstage todos se quitan las caretas y dejan a un lado los formalismos.

La división entre Podemos y Zaragoza en Común (ZeC) es difícil de entender. Que dos partidos con las mismas ideas compitan por el voto es fruto de una lucha de titanes y una demostración de poder entre ambas formaciones que se han olvidado de ese mantra de que venían a cambiar las cosas y actuar pensando siempre en la gente. Porque el cambio, aunque pese, acaba acomodándose y las guerras de siglas y partidos son tradición en la política.

Santisteve se ha convertido ahora en el profeta de la unidad. Es un mensaje que vende y que va a explotar hasta el 26-M porque es plenamente consciente de que en la calle no se comprende cómo Podemos ha decidido rechazar la confluencia con Zaragoza en Común (ZeC) para ir de la mano solo con Equo. Como si él no tuviese nada que ver en la falta de entendimiento. Cualquier evento es bueno para repetir esta palabra. U-ni-dad. Ayer lo hizo durante su intervención en el acto en recuerdo a los caídos durante el franquismo que se celebró en el cementerio de Torrero con motivo del 14 de abril y su eco republicano. «Los políticos tenemos que luchar contra el sectarismo y por la unidad de la izquierda, siempre tan frágil».

Lo dijo a sabiendas de que a escasos metros había varios miembros de Podemos Zaragoza, escuchándole con antención. Esos contra los que competirá en las elecciones como Violeta Barba, además de Iván Andrés, a quien cesó el pasado viernes. No hubo saludos entre ellos. No se pudo ver ni el típico apretón de manos de cortesía para evitar que las cámaras captasen esta imagen.

Tampoco sucedió con su concejal de Economía y portavoz del Gobierno, Fernando Rivarés, que abandonó IU hace unos meses para irse a Podemos, y que no acudió a recibir al alcalde a su llegada al camposanto zaragozano. Así que la estrategia electoral del alcalde, que se siente fuerte después de haber sido reelegido en las primarias, va a centrarse en vender una unidad que no existe y que, además, ya no trata de escenificar. Es más, a las dos izquierdas les viene bien esta guerra por los votos porque el que consiga más en las elecciones municipales, ZeC o Podemos, resultará como el vencedor de esta guerra de egos, asientos y siglas. Es lo que tiene la política.

Mientras Santisteve se siente fuerte, Nacho Escartín, secretario general de Podemos en Aragón, vive en una continua encrucijada. Si el sábado fueron los Anticapitalistas los que decidieron abandonar la formación morada como muestra de su disconformidad por haber dado la espalda a ZeC, ayer lo hizo el sector crítico Podemos en Común que instó a la alcaldable por Podemos, Violeta Barba, a que diera un paso atrás y deje a ZeC como único candidato a los comicios.

El líder

La cabeza visible de Podemos en Común, Pilar Vaquero, se presentó tanto a las primarias de Podemos Zaragoza como a las de ZeC y aparece en ambas. Algo un tanto extraño y que ha resuelto abandonando Podemos al interpreta la decisión de la dirección regional como una «opción partidista y partidaria». Esta marcha trastoca los planes de los morados, que tiene que rehacer sus listas con Equo y debilita la imagen de un Podemos que no cuenta con el apoyo firme de Iglesias.

La asistencia de Santisteve al mitin de Iglesias, donde Escartín y Barba no tuvieron protagonistas alguno, no gustó nada entre las filas de Podemos. Pero menos aún el abrazo final entre Iglesias y Santisteve. Y todavía menos que el líder nacional respaldase al alcalde hasta en dos ocasiones.

IU ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ha salido reforzada en el seno de ZeC, donde tiene más poder. Comenzó la andadura en el 2015, cuando entendió de qué va esto del municipalismo. El problema que tiene la nueva política es que los trapos sucios son más transparentes y la ciudadanía acaba sabiendo que Rivarés se está enfrentando a un final de legislatura en soledad, porque tras su marcha a Podemos ya no tiene el respaldo del Gobierno de ZeC. O que por mucho que IU y Podemos se presenten en coalición a las generales, en Aragón apenas se dejan ver juntos en los actos de campaña.