Asegura la copla: «La virgen del Pilar dice / que no le gusta la monarquía / que quiere ser republicana / como Galán y García». Los versos resumen un sentir popular en Jaca, pero también evocan la figura mítica de los capitanes que se levantaron en armas contra el régimen de Alfonso XIII. La capital de la Jacetania se ha considerado la cuna de un movimiento antimonárquico gracias a la revolución que iniciaron el 12 de diciembre de 1930 Fermín Galán y Ángel García Hernández.

La proclamación no cuajó y fueron fusilados en Huesca tras un juicio sumario que contribuyó a enrarecer todavía más el ambiente y a convertirlos en mártires de una causa que parecía perdida. Sin embargo, cuando cuatro meses después, el 14 de abril de 1931, el rey emprendió el camino del exilio y los dos militares fueron recordados como héroes del pueblo. Varios monumentos en la ciudad han preservado esta memoria, al igual que grupos políticos, asociaciones y ateneos.

En la entrada de la ciudad, justo cuando Felipe VI y su séquito regresaban de San Juan de la Peña, una veintena de personas han tratado de mostrar la condición tricolor de la ciudad, aunque los cordones de seguridad no han hecho muy efectiva la protesta. «No nos han dejado que nos vieran», lamentó la responsable de IU, Conchi Acín. Los carteles de Bienvenidas a la cuna de la II República y las banderas suizas pretenden ser la expresión de un sentimiento que consideran cada vez más asentado.

«Buscan blanquear la institución tras las últimas investigaciones judiciales, pero la memoria de la sublevación aún es fuerte, creo que se han equivocado al elegir la Jacetania como centro de la visita», señaló.

El círculo republicano Manolín Abad de Huesca celebra la ironía de que esta visita pueda suponer en el futuro una revitalización de la memoria tricolor en la comunidad. «Las autoridades socialistas aragonesas son muy conscientes de esta realidad, porque son conocedores de la historia, sin embargo no la sacan a relucir cuando están ejerciendo el poder», bromea.

La tumbas de los dos capitanes se encuentran en la capital altoaragonesa y gracias a las leyes autonómicas de memoria histórica cuentan con una protección especial como monumentos de interés cultural. «Cada vez existe más jóvenes y turistas interesados en conocer este tipo de eventos del pasado», destaca Antonio Molinero. Y así lo comprueban cada vez que organizan rutas para conocer los espacios en los que tuvieron lugares los principales sucesos de la ilusión republicana y el desencanto de la guerra civil y el franquismo.

En el panteón real

Mirando todavía más al pasado encaja que otro de los enclaves elegidos en la gira turística por las comunidades autónomas de los borbones sea el monasterio románico de San Juan de la Peña. El cenobio fue la semilla para la creación del Reino de Aragón y su perfil encajado en la roca está ligado de forma robusta a la dinastía de los Aragón. El nombre de la comunidad aparece en fuentes escritas por primera vez en el año 828 en el cartulario que recoge la documentación del templo.

El historiador Santiago Navascués, vinculado a proyectos divulgativos como Historia de Aragón, manifiesta, en todo caso, que todos los apellidos de las realezas están emparentados de una forma u otra, sean Austrias, Trastámaras o de la casa de los Aragón. Así que en el panteón real, con los restos fundacionales de Ramiro I, Sancho Ramírez o Pedro I, parece un recinto de gran resonancia a lo largo de los siglos. «No está mal que los actuales reyes conozcan el lugar», afirma. Y eso sin olvidar al X conde de Aranda, enterrado en el monasterio tras haber promovido su restauración y fiel servidor de los cuatro reyes que ocuparon el trono español en el siglo XVIII.

Plaza del Turismo

El recorrido real por monumentos, calles y entornos naturales de la península tiene como objetivo promover el turismo en tiempos de coronavirus. Pero en la mente de muchos de los asistentes estaban más presentes los problemas judiciales de Juan Carlos I o necesidades más acuciantes de una parte de la población. «No hay ningún evento, ni efeméride que avale la visita a San Juan de la Peña y Jaca, además, tampoco somos una zona especialmente castigada por el covid, ni tenemos problemas de empresas que vayan a cerrar o conflictos sociales, por lo menos no más que en otras zonas», aseguró Acín.

Por esta razón consideró que hubiera sido «mucho más útil» que el recorrido se hubiera realizado en zonas en las que hubieran podido conocer de primera mano la situación de los temporeros, destacó.

La plaza de la Constitución (conocida de forma popular como la del Turismo por la oficina que albergó durante muchos años) es otro de los puntos del recorrido por el que pasaron Felipe y Letizia. Lejos del clamor republicano (solo se localizó alguna bandera en calles secundarias) limitaron los abrazos por culpa del covid-19. Está por ver si alguien les recordó que en ese espacio comenzó a instalarse tras el asesinato de los capitanes republicanos el monumento que ideó el pedagogo libertario Ramón Acín. Una evocadora figura femenina parecía invocar el mundo nuevo que llevaban en los corazones. Fue destruido en julio del 36 casi al mismo tiempo en el que su autor fue fusilado. Se comenzaba a borrar la memoria.