NACIDO EN 1949 EN TERUEL

ESTADO CASADO Y CON CUATRO HIJOS

LICENCIADO EN LA FACULTAD DE DERECHO DE ZARAGOZA

TRAYECTORIA FISCAL DESDE 1974; DESTINADOS EN GERONA, LERIDA Y ZARAGOZA, DESDE ABRIL DE 1983

CARGO FISCAL JEFE DEL TSJA DESDE EL PASADO MES DE JUNIO

--A usted ya no le pillan de nuevo los problemas de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.--Tras 21 años aquí, es evidente que no. Recibo una Fiscalía en óptimas condiciones, gracias a la labor de Alfonso Arroyo, con el que he trabajado muy estrechamente, y sus antecesores, incluido Joaquín Llovell, que dignificó las instalaciones. Cuando llegué aquí, esto estaba muy pobre.

--¿Está ahora muy rico?--Las instalaciones son muy precarias, porque desde la última reforma ha habido nuevas incorporaciones.

--¿Qué problemas expuso al fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, cuando vino a su toma de posesión?--Hablamos de la falta de espacio, que es el primer problemas de la Fiscalía aragonesa. No hablamos de otros asuntos que también urge solucionar por entender que no era el día apropiado.

--¿Usted también cree que la solución estaría en construir una ciudad de la Justicia en Zaragoza?--Hay dos opciones que tienen ventajas e inconvenientes, que repercuten en el ciudadano. La ciudad de la Justicia proporcionaría espacios diáfanos y cómodos para el trabajo, además de agrupar en un sólo lugar todos los órganos judiciales y fiscales. Según el lugar donde se ubicara, también generaría dificultades de acceso a los ciudadanos, porque no podemos aspirar a una ciudad de la Justicia en el centro de Zaragoza.

--La otra opción sería adquirir edificios independientes en el centro de la capital.--Es la otra alternativa. No tendríamos todo unificado, pero se facilitaría el acceso al usuario. Existe el inconveniente de que habría que adquirir edificio por edificio, con el peligro de que se siguiera una política de poner parches cuando surjan las necesidades sin llegar a una solución definitiva. De todas formas, mientras se toma una decisión, no podemos esperar. Hay que aprovechar los espacios existentes y buscar otros para cubrir las necesidades. Hace falta incluso un sitio para guardar las causas. No veo mal la adquisición de edificios céntricos. Al propio Gobierno aragonés le ha ocurrido con el Pignatelli, que se quedó pequeño y buscó otras instalaciones en distintos puntos de la ciudad.

--Parece claro que las actuales instalaciones ni siquiera cumplen con la norma de barreras arquitectónicas.--Es cierto y resulta una contradicción. La Justicia tiene que ser la primera en cumplir las normas que exige al resto de los ciudadanos.

--¿Es trasladable el problema de espacio a Huesca y Teruel?--Los mismos problemas que afectan a Zaragoza también se producen allí, aunque las fiscalías son de menor volumen.

--¿No ha quedado también evidente que hay escasez de fiscales tras las últimas reformas procesales?--No puede haber más fiscales si no hay más espacio, pero está claro que Aragón necesita más fiscales. Ahora somos 29 para Zaragoza y Calatayud, pero se hacen cosas que antes se presentaban por escrito y actualmente requieren nuestra presencia física, como ocurre en los juicios civiles, sobre todo los matrimoniales, y la Protección de Menores.

--¿Cuántos fiscales hacen falta?--Con ocho más estaríamos en una condición óptima. Pero es difícil a la vista de las plazas que se van creando. El año pasado sólo hubo 20 nuevas para toda España.

--El ministerio se ha mostrado muy rácano en los últimos años con Aragón. El ejemplo es el medio juzgado de lo Mercantil para hacer frente a la Ley Concursal en la comunidad.--También yo me llevé una sorpresa desagradable. Entiendo que la quiebra de una empresa de ciertas dimensiones comporta un trabajo enorme para un juzgado. Confío en que este nuevo órgano tenga pocas competencias que no sean mercantiles.

--¿Cómo contempla el traspaso de competencias en materia de Justicia que se realizará durante su mandato?--El aumento de competencias es bueno, pero harán falta efectivos para que sea eficaz.

--¿Como la creación de fiscalías especiales, por ejemplo?--Ya hay una fiscal para la violencia de género, aunque ella no lleva todos los casos. Los casos de anticorrupción se coordinan desde Madrid. Más que de fiscalías especiales, soy partidario de la coordinación de materiales especiales, aunque siento la necesidad de medios más específicos para determinados delitos. Hacen falta colaboradores más directos con el juez o el fiscal y la coordinación es necesaria para evitar la dispersión de actuaciones.

--Existe desde hace años un debate sobre el funcionamiento de la Justicia en España, con partidarios de pasar la dirección de la instrucción a los fiscales, como ocurre en la Ley del Menor.--Creo que el sistema actual, con la dirección de los jueces y similar al de Francia, funciona razonablemente bien, con garantías para el procesado desde el primer momento. Si se pretende optar por el sistema anglosajón, que también se aplica en Italia y Portugal, hacen falta más medios. Con los actuales, difícilmente se podría realizar ese cambio, aunque los fiscales estamos a lo que nos diga el Ejecutivo.

--En los últimos años se ha vivido una situación de crispación en las instituciones en España, de la que no se ha salvado la Fiscalía, que periódicamente está en el centro de la polémica.--Entiendo que las actitudes constructivas, el diálogo para tratar de solucionar los problemas, son buenas. La crispación es negativa para todos. Pero creo que yo no soy quien debe de valorar este asunto.