La madre acusada del presunto secuestro de su hijo de once años quedó ayer en libertad sin cargos tras prestar declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Huesca. El niño, de madre zaragozana y padre estadounidense, fue localizado el martes por agentes policiales en el colegio San Viator de la capital oscense. Contra él pendía una orden internacional de busca y captura dictada por EEUU. En España, distintas sentencias han sido dictadas en contra de la madre, a pesar de las denuncias interpuestas de malos tratos.

Esta mujer, que pide no ser identificada, ha permanecido los últimos años oculta entre Zaragoza y Huesca, adonde llegó desde Estados Unidos con su hijo, cuando éste apenas contaba con 18 meses, tras emprender la separación matrimonial de su marido, un militar al que conoció en la Base Americana de Zaragoza. La nacionalidad americana del niño prima en la tramitación.

Ayer presentó al juez informes psicológicos del niño y documentación sobre los malos tratos. Mientras, su hijo, que continúa bajo la custodia del Servicio de Protección de Menores del Gobierno aragonés, ha regresado a la escuela.

Ante las puertas del juzgado, la mujer admitió que había vivido oculta, ya que al abandonar EEUU no pudo comparecer en las demandas de divorcio y custodia del niño interpuestas por el padre, que obtuvo la tutela a instancias de un tribunal de California.

Sucesivas sentencias dictadas por el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Zaragoza, Audiencia Provincial y Tribunal Supremo ordenaban la devolución al padre.

Tras su declaración, comentó que su exmarido no se había interesado en ningún momento por mantener contactos con el niño y que se había limitado a tramitar la demanda de repatriación a través de la embajada de EEUU en España, en virtud del Convenio Internacional de la Haya.

Según su abogado, César Fortacín, disponía de una sentencia del Tribunal Superior de California, de 1999, que le concedía la custodia y que desconocía si había otras resoluciones contrarias.