El doctor aragonés Jesús Díez Manglano, que actualmente ejerce como médico internista en el hospital Royo Villanova de Zaragoza, es desde hace unos días el nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Un cargo al que llega con «ilusión» y con la idea de «visibilizar» una especialidad que ha sido clave durante la pandemia del covid.

-¿Tiene ya claros cuáles serán sus retos al frente de la sociedad?

Son muchos y los asumo con gran responsabilidad, pero el principal es que nuestra especialidad tenga la visibilidad que se merece. Resulta difícil explicar a una persona que es un internista porque no se le identifica. Es un generalista hospitalario, que tiene una visión global del paciente y de todos los problemas de un enfermo. La pandemia del covid ha demostrado que somos muy necesarios y hemos atendido al 80% de las personas contagiadas que han requerido ingresos.

-¿Qué situación vive la especialidad en el país? ¿Hay plazas suficientes?

Hace falta una reflexión importante en el sistema sanitario actual en este tema. La sociedad está ligada al envejecimiento y a personas que sufren multimorbilidad (varias enfermedades), por lo que hay que reorientar el sistema y a los profesionales hacia ese futuro. El internista está muy preparado para ello, pero debería haber más plantilla, pero también que otras especialidades recibieran formación en cronicidad porque vamos hacia ese perfil de paciente. Ahora mismo no hay internistas suficientes en el país para cubrir las necesidades, pero si adoptamos ya decisiones, si aumentan las plazas tanto de internistas como de médicos de Atención Primaria, podremos atender los problemas del 2030. Si esperamos 10 años más, ya llegaremos tarde.

-Decía que durante el covid los internistas han jugado un papel fundamental. ¿Usted hubiera aplicado en la segunda ola medidas más estrictas como un confinamiento?

En marzo no sabíamos nada y es evidente que el confinamiento fue efectivo porque bajaron los caos. No quiero hacer política, no es a lo que me dedico, pero creo que hay una cuestión muy importante que se ha demostrado en la pandemia y es que la cooperación está siempre por encima de la individualidad. Hubiéramos ganado muchísimo más si entre los políticos hubiera habido unidad y no cada uno diciendo una cosa cada día. Eso habría dado mucha seguridad a la población.

-¿Qué va a pasar en Navidad?

El sentimiento que tenemos los médicos que atendemos a pacientes con covid es de mucho miedo a partir del 15 de enero. Todo el mundo va a tender a relajarse en estas fechas porque son momentos familiares y de juntarse con los amigos. Pero la gente debe ser responsable y si queremos celebrar muchas Navidades, este año toca celebrar muy poco.

-O sea, que usted prevé otro pico a principios de año.

Sí, a partir del 15 de enero es cuanto tenemos ese temor.

-Es profesor asociado en la Universidad de Zaragoza. ¿Qué papel tiene la Medicina Interna en la carrera de un médico?

Hay claras diferencias y desigualdad en la presencia de Medicina Interna en las universidades del país. Los internistas somos muy importantes en la enseñanza de determinadas materias a los estudiantes, pero también la presencia de catedráticos es mínima. Es más fácil investigar en algo en concreto que en algo global, como requiere la medicina interna. Los méritos asistenciales son muy poco valorados en las universidades.

-¿Planteará cambios al respecto desde su nuevo cargo?

El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina reconoce que una de las carencias de su enseñanza es la medicina interna. Nos reuniremos con quien haga falta porque tenemos mucho interés en fomentar la docencia a residentes, la formación continuada de los profesionales y el fomento de la investigación. También quiero abordar el tema de bioética, porque la pandemia nos ha enfrenado a situaciones éticas, en momentos críticos, que han supuesto conflictos o dificultades en la toma de decisiones