Nacida en el corazón del Valle de Ordesa, en Torla, el 27 de septiembre del 1904, Carmen Ballarín, recibirá estos días un homenaje de su familia en Huesca. El motivo: dar las gracias por los 100 años de vida de esta mujer bondadosa e independiente. Muchos aún recuerdos los tiempos en los que repartía leche de casa en casa en Huesca. Hasta allí llegó con su marido, Miguel Ramón, por quien dejó la montaña. Cuentan sus familiares que Carmen, segunda de cuatro hermanos e hija de Miguel y María, supo desde joven lo que era el trabajo. A pesar de ello, tuvo una infancia feliz y una bella juventud. Guapa donde las hubiera, alta y morena, encontró su amor en Miguel, a quien conoció en Oto. El con 29 años y el con 27, se casaron. Pero los problemas de salud de su marido llevaron a Carmen a dejar su casa, incluso su herencia, para buscar un clima menos duro en Huesca capital. Allí fundaron una lechería, con la que sacar adelante a su hija María Victoria. Viuda desde hace 38 años, Carmen ha sabido sacar el jugo a la vida, amar a la ciudad y a sus gentes, según explica Estrella Cuello, una de sus nietas. "Mi abuela se acuerda de todos, sigue las noticias, va al mercado sola y a comprar la lotería por si le toca un pellizco", añade. Hoy (en el Pedro I y con una misa en la catedral), una fiesta celebrará estos cien años. Con una dedicatoria de su familia: "Para que sigas siempre tan llena de vida e ilusión".