Mariano Barbacid, uno de los bioquímicos más prestigiosos del mundo y que fue director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, fue el encargado este lunes de impartir la Lección Cajal en la Universidad de Zaragoza bajo el epígrafe La oncología del siglo XXI: desde las terapias personalizadas a la inmunoterapia.

-¿Qué pensaría Ramón Cajal si levantara la cabeza y viera la que está cayendo?

-Supongo que se echaría las manos a la cabeza de ver, no solo cómo se esta gestionando la pandemia, sino de cómo esta la ciencia y la investigación en general en su querida España un siglo después. Recordemos el impacto que tuvieron sus trabajos (y de Jaime Ferrán) para combatir la epidemia del cólera de mitad del siglo XIX. Ahora nos tenemos que conformar con recibir la vacuna de Pfizer o de Moderna, ya que los grupos españoles que la están desarrollando no tienen ni la financiación ni las infraestructuras necesarias para poder competir con estas empresas.

-La pandemia lo ha trastocado todo, ¿las investigaciones oncológicas en España se han frenado mucho?

-Sin duda, pero dentro de lo que están sufriendo otros sectores de nuestra sociedad creo que no podemos quejarnos. Mucho más daño han hecho los recortes de la pasada década y aquí seguimos.

-La inmunoterapia y los tratamientos personalizados son el futuro. ¿Ayudarán a reducir la agresividad de algunos cánceres como pulmón, colon o páncreas?

-Efectivamente. Las terapias personalizadas (Herceptina en el 1998 y Gleevec en el 2001) a principios de siglo y la inmunoterapia (Ipilimumab y sobre todo Pembrolizumab y Nivolimab) una década después han representado una revolución en los tratamientos de muchos tumores. Actualmente, el uso de la quimioterapia se ha quedado ya reducido a aquellos casos en los que la terapia aun no han tenido el efecto deseado, como es el caso del cáncer de páncreas y algunos casos de tumores de pulmón y de colon, entre otros. El futuro debería de estar también enfocado a la detección temprana, porque un tumor localizado siempre puede ser extirpado de manera menos invasiva.

-¿En algún momento la investigación permita erradicar gran parte de la incidencia de cáncer o dar al traste con algunos tumores?

-La incidencia del cáncer solo se podrá ir reduciendo poco a poco si somos capaces de eliminar los factores de riesgo. El caso del tabaco es paradigmático. En EEUU la incidencia del cáncer de pulmón se ha reducido muy considerablemente gracias a las limitaciones en el uso del tabaco. Pero, aunque eliminásemos todos los factores de riesgo y llevásemos la vida mas sana posible, nunca esteramos totalmente libres de la posibilidad de desarrollar un cáncer.

-¿Por qué?

-Los tumores se originan por la acumulación de errores (mutaciones) que pueden cometer nuestras células cada vez que se dividen y proliferan. Es como si fueran accidentes que se dan cada vez más frecuentemente según vamos envejeciendo y nuestros procesos de reparación del ADN se van haciendo menos efectivos. Por lo tanto, la incidencia no va a disminuir y menos con una población cada vez más longeva. Lo que sí debemos es seguir investigando. Si no se hace no será posible avanzar.

-Aragón es tierra de investigación. ¿Qué referencias tiene?

-Confieso que no he tenido demasiado contacto ni con la Universidad de Zaragoza ni con centros de investigación aragoneses. Conozco a investigadores como Luis Oro, Carlos Martín, Jesús Santamaría, Juan José Badiola o a Alberto Schuhmacher. Estoy seguro de que esto es solo la punta del iceberg y espero poder subsanar esta deficiencia en cuanto sea posible e ir a Zaragoza.

-¿Qué valoración hace de las actuaciones políticas y de las medidas adoptadas durante el covid?

-No soy virólogo y menos epidemiólogo, así que solo suscribo mis opiniones al tema de la investigación científica en general y a la del cáncer en particular. La pandemia, muy posiblemente, se resolverá en un año o dos como mucho. La falta ya endémica de apoyo a la investigación científica en nuestro país me temo seguirá siendo una lacra que, mientras nuestra clase política no tome conciencia de ello, va a impedir que España sea el país de primer nivel que todo deseamos.

-¿Tendría que haber habido un confinamiento domiciliario ya?

-Ojalá tuviera una formula mágica para poder combinar salud, economía y comportamiento social de forma que unos no afectaran negativamente a los otros. La solución no es sencilla y no quiero incrementar el ruido de opiniones que ya hay ahora