Aunque la vieja Facultad de Filosofía ya hace algunos meses que vio caer parte de sus muros y echó el cierre a sus puertas, su esencia se va a distribuir por todo el territorio. Lo hará gracias a casi 400 piezas que van a tener una segunda vida, gracias al concepto de economía circular, y se van a reubicar y reutilizar en espacios de oenegés, asociaciones y ayuntamientos de toda España.

En total, se trata de 8.433 kilos de productos de mobiliario de oficia que van a beneficiar a 16 colectivos diferentes. Gracias a esta acción, y según informó la Universidad de Zaragoza, hasta 14.298 kilos de CO2 se dejaron de emitir a la atmósfera. Esto equivale a 726.369 árboles absorbiendo CO2 en un día o a 2.490 coches eliminados de la circulación durante un día.

La viabilidad de estos materiales se ha hecho a través de la Fundación Dónalo, un punto de encuentro digital en el que las empresas donan sus excedentes (restos de stock, material informático, mobiliario…) en buen estado y las entidades sin ánimo de lucro lo reciben gratuitamente. Esto es, precisamente, un proyecto basado en la economía circular, donde se convierten residuos o material inutilizado en recursos.

REPRODUCTORES DE VIDEO

Además, el proceso está totalmente trazado para calcular el impacto ambiental y los beneficios sociales. Con esta fundación contactó, por ejemplo, la Asociación Amigos de los Ancianos, que trabajan para mejorar la calidad de las personas mayores. En este colectivo se han entregado pizarras, mesas y paneles procedentes de la Facultad de Filosofía.

Hasta YMCA Zaragoza, que favorece el entorno adecuado de niños y jóvenes para su crecimiento y responsabilidad social, ha llegado material como atriles o arhivadores.

Perchas, sillones, bancos, reproductores de video o televisiones algo antiguas, nada de pantallas planas, pero a pleno funcionamiento también salieron desde el campus San Francisco dirección a un nuevo lugar.

En la Fundación María Auxiliadora, donde se da respuesta a las necesidades socioeducativas de niños, jóvenes y mujeres en situación de riesgo, ha logrado darle utilidad a pantallas y material de almacenaje.

Antes del inicio de las obras en Filosofía y Letras, la universidad trasladó todo el material a otros espacios de la universidad con el fin de comprobar cuál podría ser reutilizado. Sin embargo, fueron casi 400 piezas las que no encontraron su sitio en el campus.

En Apascide-Aragón, donde ayudan a la integración en la sociedad de las personas sordociegas, y en Actúa Cooperación, que acoge a niños que por dificultades que tienen sus familias no pueden vivir con ellos, también han recibido algunos bancos, material de oficina y varios armarios.