El desarrollo por parte de tres investigadores aragoneses de una mascarilla recubierta con nanopartículas de plata no ha pasado desapercibido. Según la responsable del proyecto, Marta Baselga, de momento se han lanzado ya a la búsqueda de empresas dispuestas a la fabricación y venta de este producto y la respuesta está siendo gratificante. «Hemos obtenido bastante interés y nuestro objetivo es que el proyecto llegue de la mejor manera y pronto porque podría suponer una notable reducción de los contagios. Estamos en la recta final de la pandemia pero esto todavía no ha terminado», explica Baselga, que trabaja en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.

El proceso, hasta ahora, no ha sido sencillo. «Empezamos después del pico de la primera ola, en mayo, pero el proyecto se ha demorado un poco por los ensayos y las validaciones», cuenta Baselga, que junto con Manuel Arruebo y Víctor Sebastián, del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, son los promotores de este producto.

La novedad de estas mascarillas es que utilizan, en su capa exterior, una cobertura con nanopartículas de plata que inactivan el virus del covid (además de otros patógenos) cuando este entra en contacto con la superficie del cubrebocas, cuya producción sería «de bajo coste». «La empresa que se encargue deberá de realizar un estudio económico, pero hemos adaptado los procesos para que no tengan que hacer una inversión grande para poder fabricarlas», cuenta Baselga.

Asimismo, todavía es pronto para determinar el coste para el consumidor, pero la intención de estos investigadores es que su mascarilla pudiera homologarse para tener una vida útil mayor que las actuales quirúrgicas. El precio sería más elevado pero podrían llevarse más horas.

El uso de la plata en la sanidad y la lucha contra los microbios y los virus no es nuevo y se «ha utilizado históricamente» en materiales y utensilios quirúrgicos por su capacidad antimicrobiana. Lo nuevo que ha desarrollado este grupo de investigadores aragoneses es cómo incorporar las partículas de nanoplata a un material como el polipropileno (el plástico del que están hechas las mascarillas) y de una forma «fácilmente industrializable».

Protegen al que la lleva

Las mascarillas con recubrimiento de nanopartículas de plata se diferencian de las convencionales (quirúrgicas o higiénicas) en que están pensadas para proteger al que las lleva. La capa de polipropileno forrada de plata es la exterior por lo que cuando un virus se posa sobre ella, este material consigue que el patógeno se inactive con una eficacia del 99,99%. Por contra, no se modifica la capacidad de filtrado del cubrebocas, es decir, el aire que deja pasar el mismo. Visto al microscopio, como en la imagen sobre estas líneas, se observa cómo las fibras de plástico están recubiertas por una fina capa de plata.