Sólo se trataba de piojos, pero los combatieron con alcohol de quemar. Tan desproporcionado e inaudito fue el remedio que le aplicó una madre oscense a su hija de once años, que casi le costó la vida. La pequeña entró en coma, con insuficiencia respiratoria, con un severo agravamiento de su estado general, y en una gravísima acidosis metabólica, que le llevó a ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Infantil de Zaragoza.

Al parecer, la madre lavó e impregnó varias veces los cabellos de la niña con alcohol metílico, más conocido popularmente como alcohol de madera o de quemar, un producto altamente tóxico, que finalmente absorbió en sangre e inhaló. Tras las aplicaciones le cubría la cabeza con un paño empapado en dicho alcohol durante varias horas, tal como le recomendó una vecina.

"La niña absorbió el alcohol a través de su piel y también inhaló vapores del producto, que es muy volátil", explicó a este diario, el doctor Julio Melendo Gimeno, jefe de sección de la UCI pediátrica, a quien le parece increíble que exista esta práctica. "Es inaudito, extravagante y muy peligroso. No puedo entender que hoy en día, con la información que hay y con los productos que se ofrecen en farmacia para combatir los piojos, se recurra a un producto que puede matar. Porque es como si le hubieran echado veneno en la sangre", insistió.

El doctor Melendo reconoció, no obstante, que este tipo de casos apenas se ven ya en los hospitales. Lamentablemente, él mismo fue testigo de otro caso similar hace ahora 25 años en el mismo hospital. "Nos llegó un niño de unos cinco o seis años, que falleció. Por eso, insisto en que es tremendamente tóxico".

Afortunadamente, la pequeña ha superado sin secuelas el grave accidente. Todo comenzó el pasado 6 de marzo, cuando la pequeña fue atendida en Urgencias del hospital San Jorge de Huesca, en estado de coma. "Todo ha ido bien porque desde el primer momento vieron lo que ocurría y aplicaron un tratamiento adecuado. Después fue trasladada a nuestra UCI", apuntó el doctor Melendo.

Después de tres días con tratamiento con alcohol etílico, glucosa, asistencia respiratoria y correción de la acidosis metabólica severa, la niña se recuperó y pudo pasar a planta, donde permaneció otra semana, antes de ser dada de alta.

El alcohol metílico se metaboliza en el organismo en productos altamente tóxicos como son el ácido fórmico y otros compuestos, que son los que producen daños como acidosis metabólica severa, ceguera, lesiones en el cerebro, riñones y páncreas. "Un niño que ingiera tan sólo unos 200 cc puede fallecer irremisiblemente", suscribió el especialista, quien advirtió de la peligrosidad de algunas recomendaciones caseras.

El tratamiento de la intoxicación consiste en administrar otro alcohol, el etílico, que evita que se produzca el ácido fórmico, mientras el organismo va eliminando el alcohol metílico, restante, por vía urinaria, lentamente.

El doctor Melendo recordó que para el tratamiento de los piojos deben utilizarse correctamente productos bajo control médico o farmacéutico. "Hoy en día para los niños mayores de seis años venden en farmacias derivados del lindado, mientras que para los menores de seis años, están los derivados de las piretrinas (insecticidas de origen vegetal), pero ambos deben aplicarse con un control muy riguroso", insistió.