El 28 de abril, unos 3.000 aragoneses que se habían visto privados de un derecho fundamental como el voto podrán ejercerlo, tras la última reforma de la ley de Régimen Electoral que hace posible el sufragio de las personas con discapacidad intelectual.

Ante la novedad y la importancia de esta cita, Plena Inclusión organizó ayer, en el auditorio de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión (CARTV), un acto electoral en el que los partidos pudieron trasladar sus propuestas al colectivo de forma comprensible.

El evento se inició con una simulación de la votación de las generales, con sus dos urnas para Congreso y Senado incluidas. Para esta última se utilizaron papeletas recicladas del 2015, pero para las de la Cámara Baja se optó por unos partidos ficticios.

Según explicaron fuentes de la organización, el mayor problema al que se enfrentan las personas con discapacidad intelectual a la hora de votar es la desorientación en los recintos. Para solucionarlo, se están poniendo en contacto con los partidos para que instruyan a sus interventores y coordinadores para que echen una mano. La idea es que, para evitar suspicacias, si algún va a pedirles ayuda, o le ven desorientado, llamen a un colega de otro partido, para evitar suspicacias, y le acompañen entre los dos a que elija la papeleta que desee y a la mesa que le corresponde.

Pero el plato fuerte del acto en el auditorio fue el mitin para las cien personas, acompañantes incluidos, que participaron en el evento. En él, Pau Marí-Klose del PSOE, Rosa Plantagenet del PP, Marta Abengochea de IU, Raúl Gay de Podemos y Rodrigo Gómez de Ciudadanos explicaron de forma breve a los asistentes las propuestas de su partido en relación con la discapacidad.

Las intervenciones tenían que realizarse en lenguaje asequible, y unos lo tuvieron más en cuenta que otros, pero en general la experiencia fue satisfactoria porque los políticos «tuvieron contacto directo con esta realidad que no conocen tan a fondo», según explicaron fuentes de la organización. Y de lo más enriquecedor fue el debate posterior.

El coloquio trasladó uno de los debates más calientes que hay actualmente en el mundo de la discapacidad, el de la educación, entre los partidarios de trasladarla, con la inversión adecuada, a centros ordinarios, en favor de la normalización, y el de los más proclives a mantenerla en centros especiales.

Este asunto centró gran parte del debate, aunque las preguntas a los partidos también versaron sobre empleo o maternidad. Quedaron fuera otras muchas cuestiones que preocupan al colectivo de las personas con discapacidad, que fueron entregadas a los partidos con el compromiso de que las contestarán antes de las elecciones.