Las obras de modernización de regadíos ejecutadas por el Gobierno de Aragón, para las que ha invertido 76 millones de euros, afectan a 10.995 hectáreas y 2.000 agricultores, la mayoría en la provincia de Huesca, quienes regarán mediante técnicas distintas a las de agua rodada.

Para el director general de Desarrollo Rural del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Luis Marruedo, esta modernización es uno de los pilares sobre los que se asienta la competitividad y la diversificación de la actividad agraria en Aragón. A su juicio, suponen "aumentar las rentas y los puestos de trabajo en el medio rural, además de introducir un uso mucho más racional del agua como elemento del ciclo productivo", ya estiman un ahorro entre el 30% y el 40% tras estas actuaciones en la infraestructura.