Hace más de dos años y medio nació el primer bar exclusivo para los aventureros y fanáticos de las motos en la capital aragonesa. Más Gas, en el barrio de San José, es un espacio en el que cada fin de semana se reúnen cientos de moteros, ya que es el lugar de salida para realizar diversas travesías por todo el mapa nacional. «Cada semana organizamos quedadas y hacemos comidas en distintos sitios», manifestó el gerente del establecimiento, Diego Abós, quién aseguró que «no es un motoclub, es un bar». Pero poco a poco el espacio se ha ido convirtiendo en un lugar de reivindicación y denuncia del mal estado de las carreteras. Unas deficiencias que pueden llegar a cobrarse vidas.

Así, los moteros de Zaragoza critican la «dejadez del suelo», ya que consideran que «la ciudad está mal tratada en el asfalto». Además, la pintura en el pavimento hace que los vehículos caigan al suelo. Y recuerdan que fuera de la ciudad «los quitamiedos nos quitan las vidas. Son auténticas cuchillas en muchas carreteras de toda la comunidad».

Grupos de 25 personas

Sin embargo, los conductores de turismos «son conscientes de que las motos también pasamos por el mismo sitio y nos respetan», contó Abós.

El bar motero del barrio San José ya cuenta con varias rutas, como la denominada caracoles, en la que los moteros se organizan en varios grupos para hacer recorridos «lentos» con vehículos desde 125 cilindradas para que la gente pueda salir y «quien quiera pueda ir de manera más tranquila», contó Abós. Otra de las modalidades es la de los titanes con rutas más largas de 600 o 700 kilómetros. Asimismo, se realizan salidas nocturnas como la espacada que se llevó a cabo en Belchite. «Intentamos abarcar a todo tipo de público, desde la gente que tiene motos pequeñas que están empezando hasta los grupos más habituales de Zaragoza», declaró el gerente.

Una afición en auge

Con un máximo de 25 personas por cada grupo y con ratio mínimo de diez minutos para que no haya aglomeraciones en la carretera, los aficionados de las dos ruedas comparten y viven una experiencia única. Las salidas se realizan entre 40 y 60 personas. «Esta tendencia está creciendo mucho. Estamos moviendo las motos», destacó Abós.

«Ahora la gente empieza a desempolvar los hierros», enunció el motero. No tener un espacio de encuentro (sin contar a los motoclubs donde se rigen normas), el quedar cada día en un sitio diferente y tener que depender del tiempo para salir a quemar las ruedas es lo que hizo al hostelero montar el bar.

«Somos los únicos en Zaragoza que tienen un gastrobar con temática de motos», afirmó. No obstante, expuso que «también viene mucha gente de clubes». Más de 110 personas acuden al bar de manera habitual. Sin embargo, cada domingo de MotoGP, el propietario subrayó que «se lía mucho, ya que hacemos sorteos e invitamos a comer».