La intensa campaña iniciada por la Policía Local de Zaragoza para erradicar las molestias ocasionadas por aquellos vehículos que exceden los niveles de ruido permitidos comienza a dar sus frutos. En apenas dos meses, las patrullas especiales establecidas han sancionado a 199 infractores que superaban los decibelios autorizados. Salvo en un par de casos, todas las denuncias se presentaron contra conductores de ciclomotores, los principales causantes de este problema.

En concreto, durante el mes de mayo se realizaron 201 mediciones a vehículos sospechosos, de las cuales 118 confirmaron irregularidades --el 58,7%--. Y a lo largo de junio, 81 de las 191 mediciones llevadas a cabo --el 42,4%-- también revelaron incumplimientos de la normativa vigente, que aparece reflejada en el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza, de 5 de diciembre del 2001.

DISPOSITIVO ESPECIAL La Policía Local de la capital aragonesa ha decidido intensificar los controles contra esta práctica. Sirva como ejemplo que en todo el 2002 apenas se tomaron 89 mediciones --menos de la mitad de las practicadas tan sólo en junio de este año-- y en el 2003, 90.

Con ese objetivo, agentes motorizados de la Unidad de Tráfico y de la Unidad de Prevención Ciudadana se organizan cada día en turnos de mañana, tarde y noche para que siempre haya una patrulla recorriendo las calles de Zaragoza.

Según explicó a este periódico el intendente de Tráfico, Manuel Solanas, no es una brigada en sí misma, sino un sistema de control específico: "Hasta ahora, los agentes que realizaban patrullas ordinarias se encargaban también de esta cuestión, por lo que era muy complicado trabajar. De ahí que se haya creado el dispositivo".

ACTUACIONES La manera de actuar de los agentes es muy simple: cuando detectan un vehículo que puede superar las barreras permitidas, los efectivos se trasladan con el conductor al Depósito Municipal, donde se realiza la medición. Si el vehículo excede el máximo establecido por menos de dos decibelios, no se le denuncia. Cuando la infracción es de entre dos y cinco, el conductor debe pagar una multa de 90 euros y se le conceden quince días para solucionar el problema y pasar una nueva inspección. Y si la irregularidad es de seis o más, el infractor tiene que pagar 90 euros, retirar el vehículo con medios mecánicos --como una grúa--, repararlo y volverlo a revisar.

En el caso de las motos, que copan las denuncias, las premisas son muy claras: las que tienen una cilindrada menor de 80 centímetros cúbicos no pueden superar los 78 decibelios; las de menos de 125, los 80; las de menos de 350, los 83; las de menos de 500, los 85; y las que cuentan con más de 500 centímetros cúbicos no pueden pasar de 86 decibelios.