La red de autovías que, lentamente, se extiende por Huesca ha tenido un llamativo e inesperado efecto. Ahora destaca más la peligrosidad de las carreteras normales, las que solo cuentan con un carril en cada sentido de la circulación. Este es el caso de la N-230, que une Lérida con Francia a través del valle de Arán y se adentra 107 kilómetros en la parte oriental de la provincia de Huesca.

Los esquiadores la utilizan masivamente los fines de semana invernales y todo el año registra un tráfico continuo de turistas, residentes de las numerosas poblaciones que atraviesa y camiones franceses cargados de cereal de importación. Con el resultado de que raro es el mes en que no se registra un siniestro grave. En el último, esta semana, un motorista inglés resultó con lesiones de consideración al salirse de la calzada en el municipio ribagorzano de Sopeira.

"La N-230 está considerada una de las carreteras nacionales con mayor siniestralidad de España, en particular entre Sopeira y el túnel que comunica con Viella, en el límite con Lérida", asegura José María Ariño, alcalde de Sopeira. "Hay un auténtico punto negro en el kilómetro 113,4, donde por un problema de peralte mal hecho, ya ha habido varios camiones que han volcado o han hecho tijera en una doble curva", subraya el regidor, que al igual que otros representantes políticos de la zona es partidario de que se construya la proyectada autovía A-14, desde Lérida hasta el valle de Arán. "Lo malo es que el plan inicial es traer la autovía solo hasta Sopeira, siendo que es a partir de aquí donde la calzada es más estrecha y sinuosa y se producen más accidentes", explica Ariño.

MÁS TRÁFICO Por si fuera poco, a medida que pasa el tiempo, la N-230 ve incrementada su importancia como vía de comunicación con Francia y el valle de Arán. La construcción, hace unos diez años, de la variante de Barasona, que evita dar un largo rodeo por Graus, la ha convertido en una alternativa atractiva para el tráfico procedente de las comunidades del centro y del norte de la Península.

Sin embargo, la crisis económica ha aplazado indefinidamente la construcción de la A-14, por lo que el alcalde de Sopeira insiste en que, "al menos, Fomento debería mejorar las curvas y los estrechamientos para reducir así el riesgo de accidente". "La N-230 se ha ido arreglando, pero solo en los tramos menos peligrosos, como el que va de Arén a Benabarre", indica Miguel Gracia, alcalde de Arén, que lamenta que el proyecto de la A-14 esté "paralizado", aunque se abrió un pequeño tramo a la salida de la capital del Segre.

Sin embargo, el máximo responsable de la Jefatura Provincial de Tráfico de Huesca, Andrés Fernández del Río, considera que tiene una siniestralidad "relativamente alta" porque en ninguno de sus tramos existen puntos negros, para lo que se requieren tres accidentes con heridos en un mismo hectómetro y dentro del año natural.