«Nos preocupa mucho la estrategia policial con la que se están abordando los conflictos (provocándolos, en parte) y también la visión sesgada que están dando algunos medios de comunicación sobre lo que aquí pasa. Su intervención no es inocente, ya que se encargan de construir el discurso del miedo que el poder necesita para justificar sus actuaciones represivas y urbanísticas», expresaron ayer en un comunicado miembros de la Red de Apoyo Vecinal.

«Una de las primeras medidas del Gobierno de Azcón para el Gancho fue eliminar el servicio de mediación comunitaria que ejercía un importante papel de prevención y resolución de conflictos mediante los principios de la cultura de paz. Las actuaciones de los últimos días presentan un modelo opuesto y suponen un paso más en el interés de los poderosos por mostrar este barrio como conflictivo», explica el texto, que entiende que las operaciones antidroga «nos parecen una excusa para devolver el estigma» al barrio, ya que no han visto que operaciones antidroga realizadas en otros barrios de Zaragoza «hayan ido acompañadas de redadas masivas e indiscriminadas ni de desprestigio».

«Los problemas de infravivienda del Gancho son graves y han sido denunciados en reiteradas ocasiones por el Consejo de Salud de San Pablo. Hay propietarios usureros que cobran alquileres abusivos por viviendas en malas condiciones que se niegan a arreglar. Hay prácticas depredadoras de bancos e inmobiliarias que acaparan viviendas, muchas obtenidas tras desahuciar a la gente. En varios edificios falta acceso a servicios básicos como agua caliente, calefacción, electricidad, Internet para usos educativos y ascensor para personas mayores. ¿Por qué no se han atajado ya estos problemas», reclaman.

Óscar Villanueva, portavoz de la Plataforma de Afectados de El Gancho, aseguró que están «expectantes» hasta que llegue el momento de la participación ciudadana. «Aquí lo que hace falta es gente joven y productiva, que trabaje y haga vida en el barrio. Cuando podamos leer bien el proyecto ya lo analizaremos, pero aquí hay una dejadez tremenda donde tien que meter mano muchos sectores. Ahora van a poner las cámaras en la zona de Pignatelli, pero el área de San Pablo ni la nombran. En total, nosotros hemos contado 102 edificios de infravivienda y un descontrol tal que no comprendemos por qué no entra Servicios Sociales».

Desde Vox se calificó el plan como «una magnífica obra de teatro» que falta «llevar a la práctica» y que necesitará «dotarlo de medios económicos y técnicos»; a Podemos le gustaría que estuviera «intrínsecamente unido a una intervención social y cultural»; Zec pidió que se abran procesos participativos; y el PSOE cree que si el plan no viene acompañado de una «importante inversión», se quedará en un «magnífico plano» que será «papel mojado».