Dan Colegate, la pareja de Esther María Dingley, la montañera con doble nacionalidad holandesa e inglesa, ha declarado a la BBC que la Policía, al menos en Francia, desde donde sigue las labores de búsqueda, «no descarta otras hipótesis» al margen de que sufriera un accidente cuando hacía senderismo al norte del valle de Benasque.

La excursionista, de 37 años, se echó a andar sola el 22 de noviembre, tras dejar aparcada su autoracavana en Benasque. Su idea, en principio, era ascender al pico Salvaguardia, de 2.736 metros. Pero el día 25, tras coronar la cima, ya no volvió a contactar con nadie a través de su móvil y se perdió su rastro.

Y ahora, transcurridos nueve días desde su última señal de vida telefónica, se han disparado las conjeturas sobre la causa de su desaparición, que desde un principio se atribuyó a un posible accidente o extravío por los senderos que circundan el Salvaguardia y que penetran en territorio francés.

«No se descarta ninguna línea de investigación, pero se sigue buscándola en esa zona montañosa», apuntó ayer una portavoz de la Guardia Civil en Huesca. «Lo cierto es que se han recibido llamadas de montañeros que afirman haberla visto días atrás en esa parte del Pirineo», añadió.

Buscando en Cataluña

Nada menos que seis equipos de expertos en alta montaña están buscando a Esther Maria Dingley en un territorio cada vez más amplio, pues a la Gendarmería de Bagnères-de-Luchon y a la Benemérita se han unido desde ayer los bomberos del cercano valle de Arán, en el Pirineo de Lérida, y agentes de la Generalitat destacadas en Viella, a los que hay que sumar efectivos de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Todos ellos están apoyados por, al menos, un helicóptero que sobrevuela frontera hispanogala y el límite con Cataluña durante las horas de luz.

«Oímos el rotor de la aeronave con frecuencia», señaló ayer un vecino de Benasque. «El pico Salvaguardia es ya alta montaña y hay que tener conocimientos y experiencia para adentrarse en él», añadió.

Cuando la senderista subió a la cima, hacía un tiempo bueno para la época y no había nieve más que en lugares sombríos a gran altitud. Sin embargo, estos últimos días ha bajado la temperatura y en el fondo del valle la sensación térmica, de madrugada, desciende a los seis grados bajo cero, apunta el mismo residente.

El frío se echa encima

Al comienzo de su ruta, la excursionista subió a las redes sociales una imagen suya en el Salvaguardia, junto con un comentario en el que mostraba su alegría por su cercanía al cielo.

Su pareja asegura que tiene una amplia experiencia en montaña y al mismo tiempo lamenta que, debido al confinamiento, no haya estos días apenas senderistas en el Pirineo.

La situación, con todo, podría ser aún peor. No nieva, o tan apenas, ni siquiera en cotas altas, lo que aumentaría las dificultades para resistir en las cumbres debido al frío, sobre todo casi 10 días después de haber salido de excursión, pues se da por hechos que Esther Maria no tiene ya provisiones.

Hay, por lo demás, piezas que no encajan en la historia. Como el lugar de partida de la ruta, que la Gendarmería sitúa en Francia, mientras que la autocaravana de la montañera desaparecida sigue estacionada en un parquin de Benasque, desde hace ya 12 días, un tiempo excesivamente largo.