Iván Krasimirov llegó a expresar durante el juicio su arrepentimiento por la brutal paliza que dio al atleta Iván Ramírez, alegando que no quiso dejarle en estado casi vegetativo, pero esas palabras no han convencido a la Audiencia Provincial de Zaragoza que le acaba de condenar a once años de prisión. Asimismo, tendrá que indemnizar a la víctima, de 40 años, con 600.000 euros, de los que lleva consignados 6.240,63 euros.

Los magistrados reconocen en su sentencia que el agresor no actuó con dolo, es decir, «con el decidido propósito» de producirle estas graves lesiones, pero añaden que no pueden admitir su justificación puesto que la agresión fue «dirigida a la cabeza» y de forma «inesperada». Se basan para ello en el informe de los forenses que señalaron que «no había signos de defensa» en el agredido y que la Policía Local de Ejea (localidad zaragozana en la que se produjo la agresión en octubre del 2016) aseguraron que Krasimirov les «reconoció que lo había citado para darle una paliza».

De hecho, el tribunal provincial señala que «no hay que olvidar tampoco» que Iván Ramírez «fue citado para que acudiera al lugar (un corral) por parte de Krasimirov, quien suplantó a su novia (prima de la víctima) y le comunicó que lo que quería era mantener relaciones sexuales, lo que evidentemente hacía imposible que pudiera prever lo que iba a ocurrir». Esta imposibilidad de defensa por ser un ataque «sorpresivo» es lo que lleva al tribunal a considerar que existe un delito de lesiones con la agravante de alevosía. Asimismo, rechazan las atenuantes de confesión, reparación del daño y de arrebato que le hubieran rebajado la pena hasta los 2 años que ofreció el propio Krasimirov.

Los jueces aseguran que pudo conocerse la autoría de la agresión, gracias a la llamada que realizó el padre de la novia de Krasimirov a la Policía Local para alertar de lo sucedido, si bien restan importancia a que este hombre fuera avisado por el propio autor de que «se le había ido de las manos». Sobre la obcecación, la Audiencia de Zaragoza apunta a la «absoluta desproporción» de dar una paliza tras ver que Ramírez «rodeó con su brazo la cintura de la joven».

Esta sentencia será recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), tal y como anunció el abogado de la defensa, José Cabrejas, quien considera que «se aparta de las pruebas practicadas en el juicio y que no está motivada lo suficiente».