Este fin de semana se puso fin a la temporada de piscinas más atípica que se recuerda en Zaragoza. La pandemia ha sido la principal protagonista de un verano en el que Zaragoza ha estado, durante la mitad del tiempo, en fase 2. La situación epidemiológica impidió que las piscinas municipales abrieran en junio, y a partir de entonces los aforos de estas instalaciones fueron, como máximo, del 50%. Así, estos recintos han registrado esta campaña un total de 431.103 usos, lo que supone un 52% menos que el año anterior, cuando hubo 913.181. Y la recaudación, ante este descenso de visitantes, también se ha desplomado: este 2020 el ayuntamiento ha ingresado solo 578.181 euros por las entradas y los abonos, mientras que en 2019 esa cifra ascendió hasta los 2.055.366 euros. El agujero es de casi 1,4 millones (un 72% menos).

A esta aminoración de ingresos hay que sumarle que el consistorio invirtió este año 500.000 euros más para acondicionar las instalaciones conforme a las normas sanitarias y para contratar más personal, por lo que el déficit de este servicio se ha disparado en comparación con el de años anteriores.

Normalmente el ayuntamiento asume dos tercios del coste de las piscinas, mientras que el otro tercio se consigue mediante la venta de entradas.

A pesar de estas malas cifras, la concejala de Deportes de Zaragoza, Cristina García, explicó que desde su equipo están satisfechos, ya que los más importante para ellos era «poder mantener el servicio». «En junio nos pusimos a trabajar porque lo más importante era poder abrir. Creemos que psicológicamente las piscinas eran una necesidad y un alivio para muchas familias después del confinamiento», explicó.

García también aclaró que, a pesar de la evolución de la pandemia en Zaragoza, en ningún momento se llegaron a plantear el cierre de las piscinas y asumió que su departamento tendrá que realizar ajustes, aunque se harán de forma global y combinada con el resto de áreas. «La partida más importante de nuestra área son las subvenciones a las entidades deportivas y ya se han tramitado», dijo, por lo que «no peligran».

Por otro lado, la piscina del centro deportivo municipal Gran Vía ya está listo para su uso, aunque desde el consistorio decidieron «no correr» y esperar al año que viene para inaugurarla.