Las comisarías de Policía de Zaragoza han empezado el año nuevo con la mitad de los coches patrulla. El pasado 31 de diciembre finalizó el contrato de alquiler (renting) de buena parte de los vehículos uniformados y aunque en el taller de las dependencias policiales se amontonan los nuevos, los funcionarios no pueden usarlos porque no les han instalado las emisoras de radio.

Los policías que habitualmente tienen que hacer estos servicios se han visto obligados a trabajar de paisano y en coches camuflados. Los agentes han denunciado "la falta de previsión de los responsables policiales" y aseguran que en Nochevieja "el ciudadano apenas vio coches en las calles".

La medida afecta a todos los Citroën Xsara que la Dirección General de la Policía (DGP) compró mediante renting por un plazo de tres años. El ministerio recurrió a este sistema para reducir costes sobre todo en mantenimiento y cambio de piezas, lo más costoso para las arcas públicas dado el elevado número de kilómetros que realizan al año.

El problema se ha planteado al finalizar el contrato, que incluye también la caducidad de los seguros. Los funcionarios se encontraron con que el día 1 de enero sólo podían hacer uso de los coches patrulla propiedad de la DGP --concretamente los Peugeot 306 y las furgonetas Picasso y Megane-- pero eran insuficientes para la plantilla asignada. "Tuvimos que quitarnos el uniforme y patrullar con los coches camuflados. Los ciudadanos no tuvieron sensación de que había policías en la calle", indicó uno de los agentes afectados. Concretamente, en la Margen Izquierda, el sector más amplio de Zaragoza, sólo había un vehículo uniformardo el pasado viernes.

Mientras, en la puerta de los talleres del cuartel de General Mayandía hay más de una docena de vehículos nuevos que tampoco pueden ser utilizados porque carecen de sistemas de comunicación. La plantilla de mecánicos también está reducida por las vacaciones "y no dan abasto", indicaron. La situación podría prolongarse a lo largo de toda la semana.