La excelencia tiene premio. Que se lo pregunten al equipo de la Unidad Avanzada de Insuficiencia Cardíaca del hospital Miguel Servet de Zaragoza. El servicio acaba de recibir, por parte de la Sociedad Española de Cardiología, el sello de calidad que acredita que cumple con todos los requisitos de mejora en la atención de las enfermedades cardiovasculares y ofrece todos los nuevos avances posibles para tratar a los pacientes. «Estamos muy contentas y satisfechas. Que reconozcan el trabajo siempre gusta y nos ha hecho mucha ilusión que valoren la capacidad del hospital», confesaba ayer a este diario la doctora Marisa Sanz, responsable de la unidad, quien recogió el galardón junto a Mª Rosario Ortas, jefa del servicio de Cardiología del Servet.

El hospital aragonés, referencia en la comunidad en el tratamiento de esta patología entre pacientes de las tres provincias, fue reconocido por el colectivo nacional junto a otros 24 centros del país. «Realmente el trabajo es grupal, porque participa todo el hospital y nos ayudan mucho. Nuestro objetivo es intentar disminuir los ingresos hospitalarios de las personas que sufren insuficiencia cardíaca, evitar que se encamen y que sufran complicaciones», explica Sanz.

Esta enfermedad afecta al 2,7% de la población española mayor de 45 años y a ella se destina entre el 2 y el 3% del gasto sanitario total. «A menudo son personas débiles, aquejados de otras patologías y que tienen corazones débiles o enfermos que, pese a los tratamientos, se desestabilizan muy pronto», añade la doctora.

Tres fases

En el Servet, la Unidad de Insuficiencia Cardíaca dispone de 18 camas de hospitalización, pero en Consultas Externas «todos los días» valoran a pacientes. «Ahí podemos atender a unos 1.200 al año», asegura Sanz. También hay una unidad específica para pacientes agudos, es decir, aquellos que vuelven a ingresar de forma habitual por una repetición del problema. Por último, el servicio ofrece también atención a pacientes terminales y que necesitan tratamiento paliativo.

El proyecto de acreditación consta de tres fases: revisión de la documentación presentada por la unidad; auditoría, con visita a las instalaciones y entrevistas con los miembros de la unidad; y emisión de un informe final. «La insuficiencia cardíaca es una de las epidemias más importantes en medicina de los últimos años. Lo que pretendemos es dar mejor calidad de vida de los pacientes y hacer un uso responsable de los recursos», explica Sanz.

Este servicio, que también es referente en trasplantes de corazón, solo tiene ahora una meta: «Trabajar para mantener el sello de calidad. Tenemos que demostrar y mantener la calidad», asegura la doctora.